PINCHITO MORUNO

Vinos sin acompañamiento

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En las últimas semanas la provincia de Cádiz ha vivido dos importantes acontecimientos gastronómicos. Por un lado una cincuentena de cocineros, entre ellos los más afamado de España, visitaban Zahara de los Atunes y Barbate para asistir a una levantá y hace tan sólo unos días muchos de los mayores especialistas en grandes vinos estuvieron presentes en Jerez con motivo de Vinoble, una feria dedicada a los vinos más valorados del mundo.

Para la gastronomía de la provincia, que no cabe duda que vive uno de los mejores momentos de su historia, esta serie de acontecimientos son una gran oportunidad y por eso conviene aprovecharlos todo lo posible. El acontecimiento de Zahara de los Atunes y Barbate, un invento que tiene autor y que no es otro que el cocinero afincado en El Puerto Angel León, cumplió de sobra los objetivos y que eran fundamentalmente la reivindicación de la zona como 'capital' europea del atún.

Pero tanto el propio León, que aprovecha cualquier oportunidad para darle cancha a los productos de la provincia, como el restaurante Antonio de Zahara y el Campero de Barbate, en un gesto que les honra y que demuestra muy a las claras cuales son sus miras, aprovecharon no sólo para promocionar 'su atún', sino que también en la comida estuvieron presentes otros 'monumentos' de la provincia como el queso payoyo de Villaluenga, el vinagre de Jerez, los aceites de la Sierra y, sobre todo, y porque la ocasión lo pedía, los vinos de la zona, jereces y manzanillas y los nuevos vinos de la tierra de Cádiz, que ganan día a día adeptos.

Sin embargo este efecto de hacer grupo, de aglutinar, no se ha visto de la misma forma en Vinoble. Es una lástima que en este escaparate de los vinos se hayan traído para promocionar productos de otras zonas y no hayan estado presentes de forma estelar otras joyas de la provincia como los mariscos o la melva del Campo de Gibraltar, el atún de Barbate, los pescados y las verduras de Conil, el pescado de estero de Chiclana o San Fernando, los dulces de Medina, la carne de retinto o los multipremiados quesos de la Sierra de Cádiz, que acumulan premios internacionales con una facilidad pasmosa y no es nada descabellado decir que, en este campo, estamos a la cabeza del mundo.

Es una lástima que los organizadores de Vinoble no hayan aprovechado, como se hizo en Zahara y Barbate, para promocionar el conjunto de la provincia. Es de esperar que este aspecto se cuide más en próximas ediciones. No nos podemos permitir el lujo de perder estas oportunidades.