Israel hurga en la debilidad de Obama
El presidente de EE UU pierde crédito con su tibia condena al asalto de la 'flotilla de la libertad', hecho que califica de «trágico»
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLas críticas de medio mundo a la tibieza con que Estados Unidos se ha enfrentado a Israel por el letal asalto contra la flota humanitaria que se dirigía a Gaza sólo han servido para que la Administración norteamericana haya profundizado en un discurso ambivalente que no termina de contentar a nadie. En una ocasión de oro para marcar distancias con la línea dura de Benjamin Netanyahu, Barack Obama no dudó en considerar los hechos como «trágicos», si bien evitó condenar a Tel Aviv como responsable último del grave incidente en el que murieron nueve civiles. «Antes de pronunciarnos necesitamos saber cuáles son todos los hechos», remarcó el inquilino de la Casa Blanca en una entrevista con el prestigioso periodista Larry King en la cadena CNN. Luego recordó que su país apoya una investigación imparcial y aventuró que Israel estaría dispuesto a someterse a ella.
El presidente estadounidense ha señalado que el ataque del pasado lunes contra la denominada 'flotilla de la libertad' de ayuda humanitaria a Gaza debe interpretarse como una prueba de que es «necesario lograr una paz duradera en Oriente Próximo». «No es prematuro decirle a los israelíes y a los palestinos, y a todas las partes en la región, que la situación actual es insostenible. Hemos intentado resolver esto pedacito por pedacito y no funciona», indicó el mandatario demócrata.
Un Obama muy pragmático, lejos de su otra imagen de hace apenas tres meses, cuando cuestionaba la política expansionista de asentamientos judíos en Jerusalén, dio a entender que demasiada presión sobre Gobierno de Benjamin Netanyahu en estos momentos podría ser contraproducente para retomar la senda del diálogo. «Israel tiene legítimas preocupaciones de seguridad», destacó con solemnidad, recordando la tensión generada por Hamás con el lanzamiento de cohetes desde la Franja contra territorio judío.
Pero el presidente estadounidense compensó el rol de fiel aliado criticando que el bloqueo de Israel contra el enclave palestino está evitando que los habitantes de Gaza encuentre oportunidades económicas. «Lo importante ahora es que superemos el actual parón, que usemos esta tragedia como una oportunidad» para avanzar en el proceso de paz palestino-israelí, afirmó convencido.
Responsables estadounidenses insisten en que el asalto al convoy humanitario ocurrido en aguas internacionales subraya más que nunca la necesidad de lograr avances en las negociaciones de paz indirectas mediadas por EE UU que comenzaron el mes pasado y que hasta el momento no han logrado progresos significativos. Sin embargo, buena parte de la opinión pública de la región cree que el incidente posiblemente socavará el naciente proceso.
Agenda condicionada
Justo cuando se hace más necesario el liderazgo estadounidense para avanzar en el complicado laberinto de Oriente Próximo, la agenda política de Washington se ha visto seriamente condicionada por la crisis derivada del vertido de petróleo en el golfo de México. Día a día, el asunto ha secuestrado la capacidad de reacción de Barack Obama para afrontar las grandes prioridades de su programa de gobierno. Cada comparecencia pública del presidente en las últimas semanas -y la entrevista en la CNN no fue una excepción- está destinada a evitar que su imagen pública se deteriore aún más por efecto de la por catástrofe medioambiental en la historia del país norteamericano.
Tras sacar adelante la reforma sanitaria y encaminar la reforma del sistema financiero -los dos proyectos legislativos más ambiciosos de la legislatura- buena parte de la acción gubernamental iba destinada a afianzar la nueva doctrina Obama en la esfera internacional. En ese esfuerzo de dejar atrás el legado de George W. Bush ha estado concentrada la Casa Blanca en las últimas semanas, pero a medida que la mancha de petróleo aumenta sus estragos en las costas de los estados sureños del golfo de México -ayer el presidente viajó de nuevo a Luisiana después de aplazar por segunda vez la gira que tenía previsto realizar por Australia e Indonesia- también la imagen del líder demócrata parece cada vez más empantanada en un solo problema. Asuntos que deberían estar emergiendo como los prioritarios en este periodo de la legislatura -las relaciones con Irán o la manera de imprimir un nuevo impulso a diálogo palestino-israelí- tienen pocos visos de prosperar si detrás de ellos no se vislumbra la imagen de un dirigente fuerte.