Economia

Hungría admite que manipuló sus datos económicos

El nuevo Gobierno de centroderecha anuncia que la situación es «muy grave» y asegura que elabora un plan para evitar un descalabro

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
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La Unión Europea no gana para sustos. Después del hundimiento financiero de Grecia y del naufragio del euro, Hungría, que, junto con Rumanía y Letonia, es el país poscomunista más golpeado por la crisis, comunicó un noticia que sacudió a los mercados y podría atacar de nuevo los cimientos de la UE. El nuevo Gobierno de centroderecha de Viktor Orban informó de que el anterior ejecutivo del socialista Ferenc Gyurcsány, un antiguo dirigente comunista que se convirtió en multimillonario durante el capitalismo, mintió sobre la mala situación económica del país magiar.

Según el portavoz del Gobierno, Péter Szíjjártó, durante el gabinete de Gyurcsány, Budapest «manipuló los datos» sobre el estado real de la economía húngara, «tal como lo había hecho Grecia». El portavoz gubernamental tuvo que hacer estas declaraciones después de que Lajos Kosa, el presidente de Fidesz -el partido de centroderecha de Viktor Orban-, asegurara que la situación económica de Hungría es tan grave como la de Grecia.

«No creo que sus comentarios sean exagerados», dijo el portavoz gubernamental. Szíjjártó admitió que «la economía está en una situación muy grave», cerca de la bancarrota, y aseguró que el Ejecutivo presentará, en menos de 72 horas, un plan de salvación para evitar el descalabro. El alto cargo gubernamental explicó que un equipo de expertos analizará las supuestas manipulaciones efectuadas por el anterior ejecutivo y hará público el resultado de la investigación.

Préstamo anterior

El anuncio del Gobierno húngaro provocó una caída del forinto (la moneda nacional) del 2% frente al euro. En octubre de 2008, poco después del inicio de la crisis financiera internacional, Hungría tuvo que recibir un préstamo de 20.000 millones de euros procedente del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la UE para evitar la bancarrota.

Los principales organismos económicos internacionales presionaron a Budapest para que llevara a cabo un drástico ajuste económico con vistas a rebajar el déficit público y sanear las finanzas nacionales. Los anteriores gobernantes aplicaron al pie de la letra las recomendaciones: aumento del IVA hasta el 25%, congelación durante dos años de los salarios de los empleados públicos y supresión de la paga extra. En el ámbito macroeconómico, el déficit público, que representaba 9% del PIB en 2006, retrocedió a 4,6% en 2008 y a 3,9% en 2009. Pero, a pesar del ajuste, la situación del país sigue siendo dramática.

Desde el punto de vista político, la situación es lamentable. En octubre de 2006, Ferenc Gyurcsány se enfrentó a una auténtica revuelta popular en las calles de Budapest después de que los ciudadanos se enteraran a través de la emisora Magyar Rádio que el ex primer ministro socialista había mentido sin ningún tipo de pudor sobre la situación económica del país con el objetivo de ganar las elecciones.