Unicaja inaugura una antología de Joaquín Peinado con obras inéditas
La muestra, que abrió ayer en el CUC, recoge casi 70 obras del fallecido artista rondeño, auténtico pionero de la abstracción
Actualizado: GuardarCompartió con Picasso la pasión por crear nuevos lenguajes plásticos, su afán transgresor. Coqueteó con el surrealismo de manos de Dalí o Buñuel y disfrutó al límite la vida artística del París de los años veinte (fue miembro de la Escuela Española de París). Precursor de la abstracción en España, Joaquín Peinado se cuenta entre los grandes renovadores del arte español del pasado siglo. Nació en Ronda (Málaga), donde un museo lleva su nombre y falleció en la capital francesa tras más de cinco décadas consagradas al pincel. Ahora, traídas de su ciudad natal (el centro Unicaja dedicado a su figura) y de varios museos y colecciones privadas, llegan al Centro Unicaja de Cultura de Cádiz (CUC) alrededor de 70 obras, muchas de ellas inéditas y otras sólo expuestas mientras el autor estaba en vida. 'Rigor y poesía plástica' es el título de la antología que puede verse hasta finales de julio.
Todas las técnicas, temáticas, corrientes y tendencias seguidas por Peinado a lo largo de su trayectoria pueden contemplarse en una exposición que recorre más de cincuenta años de pintura. La muestra arranca en los años 20, periodo de vanguardias, y enseña algunos de los hitos en la carrera de Peinado. Sus bodegones cubistas son un buen ejemplo de ello.
Obra madura
Tras un parón en su carrera, periodo de indecisión en el que Peinado se dedicó al funcionariado y la política, el artista retomó su producción en los 40 y montó las bases de la que sería su pintura más madura en los 50. La depuración de las formas le acercó a la abstracción. Al final de estos años, el objeto, que nunca desapareció del todo, retoma su apariencia. Las piezas de sus naturalezas muertas comienzan entonces a recuperar su dimensión figurativa pero el espíritu abstracto pervive en su plástica. Peinado llegó a afirmar haber encontrado la abstracción incluso en Velázquez, Tiziano o Rembrandt.
El pintor pasó entonces a buscar el rigor en la geometría y el lirismo en el color a través de la esencialización del dibujo. No obstante, su última etapa la consagró al desnudo, herencia de Picasso, en los primeros años 70.