PAN Y CIRCO

RECURSOS

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El domingo, después de la victoria amarilla en Tarragona, empecé a convencerme de que Víctor Espárrago ya le había tomado el pulso a la plantilla y que empezaba a sacarle lo mejor a cada miembro del colectivo. En definitiva, lo que los modernos definen como administración de los recursos. El uruguayo es un verdadero artista en esta cuestión, como ya demostró en su etapa más reciente, la del último ascenso a Primera, donde gracias a esa capacidad, un equipo concebido para no bajar logró al final subir.

Lo bueno es que uno suele desconfíar de sus propias intuiciones. Por eso siempre busca segundas opiniones. Sin embargo, en este caso, encontré una rápida confirmación porque los diferentes periodistas deportivos, más duchos que yo en la materia, así lo atestiguaban.

Me considero un defensor de Javi Gracia. Lo encumbré cuando logró el retorno a Segunda e, incluso, cuando los críticos iniciaban sus feroces ataques porque consideraban que no estaba capacitado para dirigir a un equipo de superior categoría. Aunque lo que parece claro es que no supo, o no pudo, sacarle el máximo rendimiento a cada uno de los profesionales.

Si repasamos la actual trayectoria amarilla encontramos varios ejemplos palpables. Uno de ellos es el de Jaume Costa. Parecía que no servía ni para suplente, ya que anteriormente se prefería utilizar a un diestro como Cifu para la posición de lateral zurdo. Ahora el valenciano está que se sale, tanto de defensa como de interior. Algo parecido se puede decir de Abraham. El catalán se está mostrando como un excelente mediocentro. Incluso, Caballero, hasta su desgraciado accidente, empezaba a parecerse al que deslumbró en los primeros partidos de la pasada temporada. Encima, el charrúa ha recuperado la mejor versión de De la Cuesta. Está claro que en esto de dosificar los recursos, Víctor Espárrago es un maestro del que deberían de aprender muchos entrenadores y gestores.