Familiares de los ocho pescadores que murieron en el naufragio arrojan flores al mar en el segundo aniversario del hundimiento. :: ROMAN RÍOS
Ciudadanos

Reflotar el 'Nuevo Pepita Aurora' podría costar hasta un millón de euros

El elevado precio y las dudas sobre quién lo realizará siembran de incógnitas la ejecución del auto de la Audiencia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El auto de la Audiencia Provincial que autoriza el reflotamiento del barco 'Nuevo Pepita Aurora', para que se aclaren con nuevas pruebas las causas de su naufragio, abre ahora nuevas vías de investigación en torno al caso y reactiva una fase de instrucción que estaba ya a punto de concluir.

El rescate del barco, que ya se intentó realizar sin éxito después de que se hundiese en septiembre de 2007, permitiría por ejemplo, investigar posibles errores estructurales y de fabricación que expliquen por qué el barco se desestabilizó al ser golpeado por una ola. Esta hipótesis ha sido varias veces planteada por la defensa del patrón del 'Pepita Aurora', José V. C. (hasta ahora, es el único imputado por el naufragio), que de confirmarse ampliaría el abanico de imputaciones a los astilleros gallegos que construyeron la embarcación. Este estudio de posibles fallos estructurales sólo sería posible, según las partes, con la embarcación en superficie.

Tras el escueto auto de la Audiencia Provincial, que considera procedente el reflotamiento, la pelota vuelve ahora al tejado del juez instructor número tres de Algeciras, que deberá determinar de qué manera aplicar la decisión y quien realizará la operaciones de rescate.

En un principio, cabe pensar que las tareas recaigan sobre las partes que han solicitado la prueba: fundamentalmente, el patrón del barco, y además las familias de las víctimas. De hecho, lo que la Audiencia acuerda es que el juez «autorice el reflotamiento a la parte proponente».

Sin embargo, la defensa de José V. C. advierte ya que su cliente no podría asumir este coste, que según empresas especializadas en tareas subacuáticas, oscila entre los 100.000 euros y el millón de euros, en caso de que el barco no se encuentre en buen estado y sea necesario el uso de grúas.

«Si el barco está en buen estado, quizá se pueda reflotar con elevadores mecánicos, la opción más barata; pero si está en mal estado o está hundido en el fango y es necesario levantarlo con grúas, el precio se elevaría al medio millón de euros o el millón», explicaba ayer Jesús Sánchez, de la compañía Trabajos Subacuáticos del Mediterráneo, una de las primeras que analizaron el estado del 'Nuevo Pepita Aurora' tras el hundimiento. «Sólo disponer de una grúa puede costar 6.000 o 7.000 euros diarios», asegura por su parte José Luis Macpherson, gerente de Macpherson Servicios Subacuáticos, ya que en estos casos el Gobierno subcontrata los rescates.

A juicio de Ramón Dávila, abogado de los familiares de los pescadores fallecidos, «el reflotamiento debe llevarlo a cabo una institución pública» como la Administración del Estado, ya que al tratarse de un asunto penal, «debe ser el principal interesado en averiguar los responsables del naufragio». En todo caso, de llevarla a cabo el Ministerio de Fomento -responsable de Salvamento Marítimo y del rescate de pecios-, el Gobierno podría reclamar a los condenados la devolución de los gastos.

El juzgado de Algeciras ya rechazó la medida en dos ocasiones, alegando por una parte su elevado coste, pero sobre todo al considerarla innecesaria, pues a su modo de ver el informe de la Comisión de Siniestros (del Ministerio de Fomento) es lo bastante «completo» como para explicar las causas del naufragio. Dicho informe revelaba diversas irregularidades en el barco, como el hecho de que navegase con un exceso de peso que lo habría desestabilizado en alta mar, o que contara con las trampillas de desagüe bloqueadas. La Audiencia, sin embargo, consideraque existen «divergencias» en estos informes.

Más tiempo

Aparte del coste, el principal problema al que se enfrenta ahora la investigación es el tiempo. Y es que las nuevas pruebas solicitadas pueden alargar aún más una instrucción que se acerca ya a los tres años. Para empezar, sólo el reflotamiento del barco se prolongará previsiblemente durante meses, mientras se decide cómo asumir los trabajos y se llevan a cabo. «Si no está muy hundido, -explica Jesús Sánchez-, en 20 días el barco puede estar en el puerto; de todas formas, se tarda más en elaborar la documentación técnica que en ejecutar el trabajo».

Para Ramón Dávila, el retraso no es achacable a esta nueva decisión, sino a no haber reflotado el barco antes: «Esta prueba se tenía que haber hecho desde el principio, porque es básica para sacar conclusiones precisa, con todas las garantías para todo el mundo».