Silvio Rodríguez, durante un recital que ofrecío el año pasado en Uruguay. :: EFE
Sociedad

Obama abre las puertas a la trova

Se agotan las entradas para ver a Silvio Rodríguez en el Carnegie Hall, 30 años después de su última actuación en EE UU

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De Jimmy Carter a Barack Obama, ése es el círculo político que cerró ayer Silvio Rodríguez al llegar a Nueva York, después de 30 años sin recibir visado para actuar en EE UU. Las entradas al Carnegie Hall se han agotado tan rápidamente que ha habido que abrir otra fecha, no vaya a ser que tarde otros 30 años en reaparecer.

«Yo había perdido la fe», confesó el cantautor en conferencia de prensa, «porque habíamos insistido mucho, y la última vez, con el homenaje a Pete Seeger, me parecía una razón muy apropiada, pero creo que ahí fue una cuestión de tiempo, la pedimos con mucha premura desde París, y la visa llegó 20 días después (del concierto)».

No es ni mucho menos el fin del embargo que volvió a pedir a través de los micrófonos «para replantear la vida interna de los cubanos», pero significa una apertura cultural entre dos países vecinos «que aunque llevemos 50 años jalándonos de los pelos tendremos que llevarnos bien, más temprano que tarde», advirtió. «Esta situación entre EE UU y Cuba debe terminar. Demasiadas angustias, demasiados dolores».

Lo decía el autor de 'Playa Girón', esa canción que puso los adjetivos perdidos a la fallida invasión de Bahía de Cochinos, y cuya música ha sido la banda sonora de una revolución que «ha envejecido» pero en la que todavía cree. A sus 63 años Rodríguez agoniza cada vez que tiene que criticar a su país en el extranjero, debatiéndose entre sus principios y la búsqueda de la verdad que promete practicar en sus canciones. «Hay muchas cosas en Cuba que han envejecido y necesitan revitalizarse», admitió. «Pero prefiero hacer las críticas en casa, entre mi gente. Yo soy del campo, a mí me educaron de forma que tú no vas a casa del vecino a protestar por lo que hace tu familia». Y atosigado por la prensa, el poeta se refugió en la 'R' de Revolución, «que es concretamente lo que tiene que cambiar. Ya pasó la revolución hace mucho tiempo, ahora viene la evolución».

No volvía a Nueva York para criticar a nadie, ni siquiera a los gobiernos que le han privado de compartir durante tres décadas su 'Rabo de nube' y su 'Unicornio Perdido', que ni siquiera existían la última vez que actuó con Pablo Milanés, con el que ya apenas se habla.

Pero no por la alegría de volver a ese país que «aunque algunos no lo crean admiro en muchos sentidos» iba a darle un cheque en blanco a Obama. Rodríguez le da crédito por la apertura cultural pero advierte que políticamente las relaciones con Cuba han regresado «sólo a donde estaban antes de Bush». Y de hecho, es la mujer de Bill Clinton la que probablemente ha aprobado su visado.

Considera que poner fin al embargo despierta mucha oposición, y «Obama tiene las manos llenas. Quizás lo podría hacer un presidente que no tuviera tantos frentes, pero sería bueno que le dedicara un tiempito a Cuba de vez en cuando, no se iba a arrepenti», le sugirió.