EL ÁLAMO Y EL PLAN DE AJUSTE EN DIPUTACIÓN

En el PSOE de Cádiz se combate casa por casa. Su secretario general provincial y presidente de la Diputación, Francisco González Cabaña, se ha escudado en un supuesto plan de ajuste para degradar a su jefe de gabinete Francisco Aído Arroyo, primer alcalde democrático de Alcalá de los Gazules y padre de la ministra Bibiana Aído. A partir del jueves, pasó aser asesor de la Diputación adscrito a la Presidencia y dedicado a los actos institucionales y protocolarios. Ahora habrá qué ver cómo prosigue el particular tijeretazo de González Cabaña porque con el ahorro de un simple complemento sobre los honorarios de su anterior hombre de confianza no parece viable que la Diputación se apriete en demasía su cinturón. ¿Empezará por rebajarse González Cabaña su sueldo y el de los restantes cargos de la Corporación Provincial que preside, a la manera que han llevado a cabo los máximos responsables del Gobierno español y de la Junta de Andalucía o algunos alcaldes? Habrá que verlo en las próximas semanas, ya que por ahora los recortes son nimios si se compara con la que está cayendo. Cabaña tiene previsto además reducir el número de asesores y prescindir de, al menos, tres cargos de confianza, o sea, doscientos mil euros al año como mucho incluyendo eso sí los costes en Seguridad Social: tararí que te vi si tenemos en cuenta que el presupuesto de Diputación para 2010 asciende a 292.771.659,83 euros, o sea, casi trescientos millones. Hagan números. Al menos, ya se sabe que no cubrirá la vacante dejada por Manuel González Piñero al frente del Patronato Provincial de Turismo, tras ser nombrado delegado provincial de Turismo, Comercio y Deporte, en sustitución del ubriqueño José María Reguera. Quizá ahí estriben, en realidad, algunas de las explicaciones profundas y reales del relevo de Aído: en ese raro pulso entre el socialismo gaditano y la dirección autonómica del PSOE y de la Junta, a González Cabaña quizá le haya molestado que el delegado elegido por el consejero Luciano Alonso y por el presidente José Antonio Griñán haya sido González Piñero y no otras dos propuestas que se barajaban en su entorno; a saber, la de la diputada de lo mismo Irene Canca, a la sazón concejal en Jerez, y la algecireña Rocío Melgar, muy próxima a Rafael España, subdelegado de la Junta de Andalucía en el Campo de Gibraltar. El periodista José Contreras, tan sagaz como siempre, apuntaba en su blog que también se había barajado para ello el nombre de la compañera Tily Santiago, pero yo apostaría a que no figuró en las quinielas la anterior directora de comunicación de la Junta a quien hace unos días despidieron en loor de multitudes los compañeros gaditanos acantonados en Sevilla. Más peregrina resulta la idea de que González Cabaña le haya quitado galones a Paco Aído por temor a un sorpasso de Bibiana sobre el PSOE provincial. Quien conozca a la ministra de Igualdad sabe perfectamente que sus compromisos actuales están con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en una clara crisis que lamentablemente es mucho menor que la que atraviesa este país ante el aparente regocijo suicida de la oposición conservadora. Nadie imagina que la joven socialista alcalaína tenga en las páginas inmediatas de su agenda regresar a la guerrilla interna socialista donde el lema más frecuente sigue siendo el de «cuerpo a tierra que vienen los míos». La noticia de la destitución de Paco Aído apareció en la prensa el viernes, justo cuando su hija llegaba a Cádiz para clausurar el Congreso Mundial de Periodistas, un acto al que González Cabaña no acudió. Sí lo hicieron en cambio otros lideres socialistas afines al secretario provincial, desde el secretario general del PSOE de Cádiz, Chiqui Pérez Peralta, al consejero de Gobernación, Luis Pizarro, este último con indudable aire distendido hasta el punto de que una periodista mauritana lo confundió con un presentador de televisión. Ayer sábado, Bibiana Aído participó, eso sí, en la presentación del Comité de Expertos y Expertas del PSOE de San Fernando para respaldar a su viejo amigo, el joven candidato Fernando López Gil quien al menos a priori de la proclamación de alcaldables ha logrado defender dicho fuerte frente a González Cabaña que quiso moverle la silla; de la misma forma que González Cabaña ha logrado defender el suyo frente a Griñán. Ambos deben haber leído la biografía de Juan Negrín y saben, por ello, que resistir es vencer. O sea, como dijera muchos años después Camilo José Cela, quien resiste gana. El propósito del encuentro de ayer en La Isla no era conspirar contra la Plaza de San Antonio como inesperado añadido a los actos conmemorativos del bicentenario de 1810 sino que simplemente se trataba de promover un trabajo de participación ciudadana de cara a elaborar el programa electoral de los socialistas, en un Proyecto de Ciudad que pretenden llevar a efecto de ganar las municipales de 2011. Algo que, por cierto, lleva haciendo desde cierto tiempo atrás el PP en muchos otros municipios. En cualquier caso, El Alamo del socialismo gaditano también sigue resistiendo frente a la dirección regional y la presidencia autonómica. Los winchesters se amartillan en las empalizadas. La dimisión anunciada de Ángeles Ariza como alcaldesa de Los Barrios puede considerarse como una victoria de González Cabaña. Pírrica, si se tiene en cuenta el desgaste de los socialistas en dicho municipio campogibraltareño, de cara a las próximas municipales, a las que volverá a presentarse como candidato Miguel Domínguez Conejo, su primer alcalde democrático en las filas del PSOE, que fuera presidente de la Caja de Ahorros de Jerez y que ha resucitado su partido localista PIBA 2000, después de tantear inútilmente a Unión Progreso y Democracia de Rosa Díez. Los últimos acontecimientos en la política española hacen pensar que quizá el PP aspire a gobernar no sólo sobre las cenizas del PSOE sino sobre las de la economía del país. En Cádiz, puede que sean los socialistas, en sentido figurado claro, quienes mueran matando. A sus propios compañeros. Interesante western. Será por eso que el PP llama sheriff a González Cabaña. Ahora sólo hace falta saber quien hará de Davy Crockett.