Los afectados por el derrumbe sabrán mañana si el Consistorio los realoja
Actualizado: GuardarLos quince vecinos afectados por el derrumbe del número cuatro de la calle Santa María conocerán mañana las alternativas que les ofrece el Ayuntamiento hasta que puedan regresar a sus hogares. Por el momento, todos han encontrado cobijo en las casas de sus familiares, pero reclaman ayuda al área de Bienestar Social para tener un techo propio de forma provisional.
«En el Ayuntamiento no nos dan nada». Momentos después del derrumbe que destrozó dos pisos sin causar víctimas, varios vecinos como Juan Muñoz y Antonio García pidieron ayuda en el área de Bienestar Social. «Dicen que no pueden ayudarnos, que nos busquemos un alquiler». Estas palabras fueron matizadas por el concejal de Policía Local, Carlos Montero, quien calmó los ánimos in situ. «Tenemos constancia de que todos se pueden quedar en casas de familiares durante el fin de semana, menos una persona, a la que daremos solución».
El edil popular concretó que mañana lunes los responsables de Bienestar Social se reunirán con los afectados a fin de estudiar cada caso e iniciar medidas paliativas. Al mismo tiempo, esta previsto que los vecinos puedan volver a sus casas entre hoy y mañana, cuando se terminen las labores de desescombro y no existan riesgos sobre la estructura de las viviendas.
Por otro lado, los afectados se llevaron el segundo disgusto con la avanzadilla del diagnóstico del perito del seguro. Éste les auguró que la póliza no cubriría la ausencia de mantenimiento de los cerramientos, causa del desplome de la azotea y el consecuente efecto dominó sobre la segunda y la primera planta.
Con vigas de madera
Los hechos tuvieron lugar poco después de las nueve de la mañana, cuando el forjado de la azotea, de hormigón, cayó sobre la planta de abajo, lo que hizo que arrastrara el techo sobre la siguiente vivienda, y así consecutivamente. Las vigas de esta casa antigua, cuya última reforma se efectuó hace cuarenta años, son de madera, lo que precipitó el derrumbe sin que las siete viviendas restantes se vieran afectadas. No hubo daños personales, ya que el segundo piso, cuya propietaria reside en Sevilla, no se encontraba en la vivienda. Dos personas que trabajaban en la panadería ubicada en la planta baja dieron el aviso al quedarse atrapados sin poder salir por los escombros que se encontraban en la puerta. El propietario de la panadería, a la sazón dueño del primer piso, y su compañero, salieron ilesos.
El inspector municipal de Urbanismo, Joaquín Gallardo, informó de que el 10 de mayo se le concedieron tres meses de plazo a la dueña del segundo piso para que realizara reparaciones. Esta señora se había autodenunciado en el Ayuntamiento con el objetivo, según varios vecinos, de que la comunidad de propietario corriera con los gastos de las obras. Algo a lo que no estaban dispuestos porque cada uno estaba costeando las reparaciones de sus viviendas.