Las constructoras recuerdan que son básicas para el empleo y piden claridad

Las constructoras han recibido como un jarro de agua fría el recorte de la inversión pública decretado por el Gobierno. No es que no fueran conscientes de que el ritmo era insostenible, lo tenían más que asumido, pero quizá les ha superado la intensidad del 'tijeretazo'. La distintas patronales del sector (Seopan, Aerco o Anci), que esperan de Fomento algo más concreto que lo expuesto hasta ahora, no han dudado en recordar que las infraestructuras son esenciales para el empleo; tanto para crear nuevos puestos de trabajo como para mantener los actuales. Tras haber perdido ya un millón de ocupados desde que comenzara la crisis en la construcción, algunas organizaciones han cifrado estos días en más de 100.000 empleos el impacto que tendrá en el sector el programa de ajuste.

Fuentes del negocio reclaman más concreción a Fomento, que por ahora sólo ha dicho que se replanteará todas sus obras. Y dan por hecho que no se sabrá nada más concreto hasta dentro de, al menos, un mes.

El problema añadido es que José Blanco ha anunciado que suspenderá obras ya en marcha. Lo que, aunque conlleva una indemnización de aproximadamente el 6% del presupuesto no ejecutado, descabalará los números de muchas empresas, sobre todo medianas o pequeñas. No son pocas las voces que anuncian una oleada de fusiones o compras en el sector ante la evidencia de que no habrá pastel para todos.

Fomento quiere extender su programa de austeridad no sólo a las obras futuras, sino también a las que ya están en marcha. Por eso se dispone a aprobar dos órdenes ministeriales con las que afinar al máximo los presupuestos de los proyectos y reducir en la medida de lo posible cualquier sobrecoste.

Esa política, ya implantada y que hasta ahora ha logrado un ahorro del 17%, pretende elevar el grado de reducción de costes al 22% en todos los proyectos de ferrocarril y carreteras que actualmente desarrolla el departamento de Blanco.