Belostenny, un pívot de otra época
Su muerte el pasado martes trae a la memoria los éxitos que logró en los ochenta con la URSS
Actualizado: GuardarSu muerte sorpendía el martes y al conocerla, a los aficionados al baloncesto mayores de 30 años les brotaron recuerdos de un tiempo pasado en el que las selecciones del Este dominaban las canchas del planeta. De finales en las que la presencia de Yugoslavia o la URSS era lo habitual, de nombres legendarios que han quedado unidos para siempre a la historia del basket. Como el de el protagonista de estas líneas. Porque Alexander Belostenny, fallecido a los 51 años, fue uno de los grandes pivots de finales de los setenta y la década de los ochenta, donde formó parte de esa selección de ensueño que fue la Unión Soviética compuesta en aquelos años por jugadores como Valters, Homicius, Kurtinaitis, Iovaisha, Tarakanov, Tikonenko, Tachenko, Sabonis, los jóvenes Volkov o Marchulonis, y por supuesto, Belostenny.
El pivot nacido en Odessa el 24 de febrero de 1959 falleció en Trier (Alemania), donde se quedó a residir después de que en sus últimas temporadas como profesional jugara en el conjunto germano, con el que redondeó su gran palmarés con una Copa Korac. El broche a todo un rosario de títulos que inició cuando todavía jugaba en el Stroiel de Kiev, y el 'zorro plateado' Alexander Gomelsky le reclutó para reforzar el juego interior de la selección soviética.
Corría 1977 y bajo las siglas CCCP se escondía una potencia mundial del baloncesto. Aquellas jóvenes estrellas reclutadas por Gomelsky escribieron algunas de las páginas más brillantes de la URSS, que arrancaron con la plata en el Mundial de 1978, y continuó con el primer gran título, el del Eurobasket de 1979, al acabar con el dominio que había ejercido en aquellos años Yugoslavia.
Formando parte de un grupo de pivots del máximo nivel, Belostenny lo ganó todo con su selección -Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos-. La gran estrella era Arvidas Sabonis, mientras que el espectáculo, por su imagen, lo ponía Tachenko con sus 2,20 de altura. Y junto a ellos, echando mano siempre de su eficacia bajo los aros, un Belostenny que siempre sacaba el máximo rendimiento a sus 2,14.
Sobre esos pilares, y rodeados por jugadores letales en el lanzamiento exterior, la URSS comenzó a sumar éxitos en los ochenta. En 1981 se revalidó el título continental en el Eurobasket de Checoslovaquia, mientras que en 1982, los de Gomelsky cosecharon uno de sus grandes éxitos al ganar el Mundobasket de Colombia a Estados Unidos, por 95-94. El tercer oro europeo llegó en 1985, en Alemania, pero todavía el gran hito estaba por llegar.
Tras ausentarse del Eurobasket de 1987, la única gran competición que se perdió Belostenny en sus quince años como internacional, el pivot de Odessa fue una pieza indispensable para ganar la gloria olímpica en los Juegos de Seúl de 1988. Para el recuerdo queda la semifinal contra Estados Unidos, cuando la URSS se impuso por 82-76 y Belostenny tuvo más que palabras bajo los aros con el NBA David Robinson. En la final, los soviéticos acabaron por 76-63 con la Yugoslavia de Petrovic, Kukoc, Paspalj, Divac o Radja.
Aquel momento supuso la cima y el inicio de la decadencia soviética. El bronce del Europeo'89 y la plata del Mundial'90 fueron los últimos éxitos en el palmarés internacional de Belostenny, que en los Juegos de Barcelona'92 vivió un hecho inimaginable años antes. Los cambios políticos que acabaron con la URSS y que llevaron a la declaración de independencia de las ex repúblicas soviéticas llevaron al pivot a jugar en España con la CEI (El había nacido en Odessa, Ucrania). Y en la lucha por el bronce, se tuvo que enfrentar a Lituania y medirse a los que hasta unos años antes eran sus compañeros, como fue el caso de Sabonis, que lideró a su selección a hacerse con el bronce.
Con el CSKA
Por lo que respecta a su trayectoria como jugador de club, tras jugar en el Stroiel, fichó en 1980 por el CSKA de Moscú, el equipo que aprovechó su vinculación con el ejército para fichar en los 70 y 80 a todos los jugadores que le interesaron. Cualquier jugador podía ser militarizado, algo que sucedía por el mero interés de reforzar al equipo moscovita. Así le sucedió a Belostenny, que en sus seis años en el CSKA ganó cuatro ligas. Después regresó al Stroiel, con quien sumó otra.
Y en 1989, al cumplir los 30 años, recibió el permiso de poder fichar por un club extranjero, algo que estaba vetado a los menores de esa edad. Así, Belostenny recaló en la ACB en 1990, en las filas del CAI Zaragoza. Su paso, efímero, dejó huella por su calidad baloncestística y humana. Ganó la Copa y promedió 11,3 puntos y 8,7 rebotes, siendo uno de los pocos jugadores que a día de hoy ha conseguido un triple doble en la liga española: 18 puntos, 13 rebotes y 10 recuperaciones.
Pese a su buen hacer, el CAI no le renovó, y Belostenny recaló en el Trier, donde jugó sus últimas tres temporadas y asentó su residencia. Incluso abrió un restaurante, llamado 'El Sotano'. Allí, en Alemania, fue donde este grande del baloncesto europeo falleció víctima de un cáncer de pulmón.