La altitud puede ser una de las claves del triunfo en el Mundial
PARÍS. Actualizado: GuardarLos equipos que se instalen al nivel del mar para disputar el Mundial de fútbol de Sudáfrica podrían verse perjudicados cuando les toque jugar a 1.700 metros, aunque esta altitud moderada no significa que estén condenados al fracaso, explicaron varios médicos consultados. Con la altura, el oxígeno se rarifica y disminuye simultáneamente su consumo máximo, directamente relacionado con el rendimiento de un deportista.
A 1.700 metros, altitud cercana a la de Johannesburgo, la ciudad más alta del Mundial (1.753), «el rendimiento baja de 5 al 10%», explicó el profesor Jean-Paul Richalet, médico del hospital Avicenne de Bobigny, cercano a París, y especialista de los problemas de altura. Pero el impacto no es el mismo para todo el mundo y la adaptación a la altura es determinante. «Si un equipo se queda todo el tiempo al nivel del mar y el día mismo del partido sube a 1.700 metros, se verá perjudicado, comparado con el adversario que ya habrá pasado una temporada a esa altitud», aseguró Richalet. Según el profesor francés, «se necesita un tiempo de aclimatación para que el organismo desarrolle la aceleración del corazón, de la respiración y más glóbulos rojos» para compensar la falta de oxígeno.
Varias selecciones optaron por instalarse al nivel de mar, como Francia, Japón, Dinamarca, Grecia o Costa de Marfil. «Al entrenarse en altitud, uno se adapta, pero el entrenamiento tendrá que ser más leve. Al nivel del mar, los entrenamientos podrán efectuarse a tope. Por tanto, resulta difícil encontrar el equilibrio», subrayó Andy Marc, del Instituto de Investigación Biomédica y de Epidemiología del Deporte.