El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante una de sus intervenciones ayer en el Senado. :: EFE
ESPAÑA

Zapatero cosecha una bronca en el Senado y un revés en el Congreso

Los populares piden en la Cámara Alta que dimita y el PSOE pierde una votación en la Cámara Baja contra la congelación de las pensiones

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Luis Rodríguez Zapatero no tuvo ayer una buena tarde en el Senado y el Congreso. En la Cámara Alta, tuvo que soportar una bronca monumental desde los escaños del PP, en los que sus señorías opositoras aporreaban las mesas y pedían a gritos «¡Zapatero dimisión!» Los socialistas intentaron acallar la barahúnda con una cerrada ovación a su líder, pero los populares se hicieron notar más. En la Cámara Baja, los socialistas sufrieron una derrota en un asunto para ellos doloroso: todos se unieron contra la congelación de pensiones.

En el Senado, todo ocurrió tras un duro cruce dialéctico entre el presidente del Gobierno y el portavoz del PP, Pío García-Escudero. El clima estaba tenso, pero el enunciado de la pregunta del opositor no hacía prever la tormenta que se iba a desatar pues inquiría a Zapatero sobre los recortes del gasto social y el crecimiento económico. El jefe del Ejecutivo respondió pedagógico que una cosa no quitaba la otra y así lo sostienen los expertos y las experiencias de otros países.

García-Escudero replicó en tromba. «No le reconozco», dijo el senador, pues no se sabe cuál es el verdadero, «el Zapatero de antes o el de ahora, el que pide sacrificios con cara de funeral, pero no pide disculpas»; tachó al presidente de «tragasables» que acepta sin rechistar todo lo que imponen otro países; «su discurso durante seis años -prosiguió- ha sido pura demagogia y ahora no ofrece otra imagen que la de un boxeador grogui»; en definitiva, resumió, «un impostor político».

El portavoz popular denunció que Zapatero ha actuado con «la furia del converso» que después de defender la preservación del gasto social a toda costa y erigirse como «el gran protector de los derechos sociales» asesta ahora «un zapaterazo» que ha supuesto «el mayor recorte de derechos sociales de la democracia». García-Escudero cerró su escalada con un emplazamiento a su interlocutor: «Si tiene dignidad, convoque inmediatamente elecciones para que los españoles puedan decidir su futuro».

Responsabilidad

El presidente del Gobierno aguantó serio y enfadado el chaparrón, y aunque intentó un ejercicio de ironía, agradeció la «constructiva intervención» y el «ejercicio de responsabilidad»de su interrogador, enseguida bajó a la arena de los mandobles verbales. «A usted -dijo- sí le reconozco, con esa política de decir no, nunca, jamás a nada que pueda ser constructivo para nuestro país».

El jefe del Ejecutivo, pese a lo poco propicio del ambiente, intentó ser pedagógico y desgranó que en sus seis años de mandato el gasto social se había incrementado un 50% y ahora se plantea un recorte de apenas el 1,5%. Recordó asimismo que su Gobierno ha incrementado las pensiones y el salario mínimo todos los años hasta 2011.

El problema, afirmó Zapatero ya lanzado, es que al PP «no le preocupa la crisis, le preocupan las elecciones, eso es lo que le preocupa», y en esa estrategia utiliza la situación económica como palanca para reclamar el adelanto electoral. Pero «le diré una cosa», espetó a García-Escudero, «perdieron las (elecciones de 2004), perdieron las de 2008 y perderán las próximas». A partir de ahí, la gresca se desarboló hasta acabar con tres minutos con todo el Senado puesto en pie, salvo los representantes nacionalistas y de IU con los que no iba la guerra. Los del PP para reclamar a gritos la dimisión de Zapatero y los del PSOE para aplaudir a su jefe. El presidente de la Cámara, entretanto, se desgañitaba para reclamar orden y mesura. Los senadores seguían a lo suyo como quien oye llover. «Me parece lamentable, lamentable», clamó Javier Rojo desencajado y se preguntó si ésta era «la imagen» que se quería dar ante «unos ciudadanos que pide soluciones» a la crisis. «No se puede tolerar este tipo de comportamientos», bufó.

Segundo asalto

No acabó ahí el mal trago para Zapatero y pocas horas después hubo un segundo asalto. El Congreso propinó un serio revés político al Gobierno por haber congelado por decreto las pensiones a partir del próximo año. La moción aprobada con la única oposición del PSOE reclama al Gobierno que en 2011 se actualicen esas prestaciones. La iniciativa del PP salió adelante con los votos de toda la oposición, y aunque no obliga a nada deja claro al Ejecutivo que los partidos creen que ha cruzado una línea roja por romper el consenso del Pacto de Toledo.

Izquierda, nacionalistas y derecha se unieron para aislar en el pleno al PSOE e inflingirle la vigésimo primera derrota en esta legislatura, pero la que más escoció. Todos los grupos, salvo el socialista, apoyaron una moción de los populares en la que se exige al Ejecutivo que rectifique el decreto aprobado el jueves pasado, que por primera vez en muchos años despoja a los pensionistas de su derecho a no perder poder adquisitivo por el aumento de la inflación.

La moción aprobada recuerda a los socialistas que, con una «decisión unilateral», han violado dos recomendaciones sucesivas del Pacto de Toledo, las que «garantizaban por ley el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, mediante la revalorización anual automática, frente a coyunturas económicas adversas», con lo que «abren de nuevo la puerta» a decisiones «discrecionales, arbitrarias y electoralistas» hacia este colectivo. De nada sirvió que el PSOE recordase que los pensionistas han visto mejorado como nunca su poder adquisitivo durante su Gobierno y que justo fue con los mandatos del PPcuando más apuros pasaron.

Muchos grupos, sobre todo los nacionalistas, utilizaron ayer la moción para sacarse la espina política que se les clavará este jueves, cuando colaboren con su abstención a ratificar en el Congreso el decreto de medidas de ajuste del Gobierno, que incluye la citada congelación entre la batería de recortes del gasto en 15.000 millones para 2010 y 2011.

El PSOE confía en ratificar el decreto con sus únicos votos -169 diputados- gracias a que CiU, PNV, Coalición Canaria, UPN, y quizás el PP, se abstendrían. Se abstendrán con la nariz tapada y con críticas al Gobierno porque ninguno quiere apoyar la congelación de pensiones, pero la votación de las medidas del decreto es de conjunto y todos tienen claro que no obstaculizarán el plan exigido a España por la Unión Europea por responsabilidad» ante la gravedad de la crisis.