Cuba inicia lo prometido a la Iglesia
Trasladará a presos políticos enfermos a hospitales y acercará a otros a cárceles próximas a sus lugares de origen
LA HABANA. Actualizado: GuardarLa mediación de la Iglesia católica de Cuba ha abierto una brecha en la cerrazón del régimen comunista respecto a la situación de los presos políticos. Esta semana se darán «pasos previos» para el traslado de opositores enfermos a hospitales, mientras se acercarán a cárceles de sus provincias de origen a otros que no necesitan asistencia médica. También se anuncia otra reunión entre el Gobierno de Raúl Castro y los prelados para hablar de «liberaciones».
Si bien oficialmente el régimen calla, fuentes eclesiásticas afirman prudentes que «todo parece indicar que será así». Fue Guillermo Fariñas quien hizo público el mensaje que le trasladó la tarde del sábado el obispo auxiliar de La Habana, monseñor Juan de Dios Hernández. Según el ex militar, psicólogo y periodista independiente, que cumple noventa días en huelga de hambre y sed, el prelado le comunicó que el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, le informó por teléfono al cardenal y arzobispo de capital, Jaime Ortega, de que «a partir del lunes (por hoy) iban a comenzar los pasos previos que había pedido la Iglesia con respecto a los presos políticos».
En conversación telefónica con esta corresponsal, Fariñas comentó que como «generalmente soy pesimista y a pesar de que los representantes de la Iglesia están muy esperanzados yo estoy escéptico y expectante». Fariñas obvió la «discreción» que elogió el jueves Ortega en una inusitada rueda de prensa. El opositor, internado en el hospital de la ciudad de Villa Clara, lleva seis días sin alimentación parenteral a causa de una fuerte infección bacteriana, pero recibe hidratación y por vía oral ingiere medicamentos para mantener la flora intestinal activa.
Y aunque la expectación también se ha despertado entre los familiares de los presos, Elizardo Sánchez Santa Cruz, líder de la ilegal pero tolerada Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Cdhrn), comentó a este diario que «hasta hoy (domingo) no ha llegado ninguna señal (por parte del Gobierno) a las familias».
Algunos 'cubanólogos' advertían de que anticipar las intenciones oficiales podría dar al traste con los esperados pasos, especialmente si se hace una lectura de que se ve como una cesión del régimen. Las autoridades siempre han reiterado que no aceptan «presiones» de ningún tipo. Santa Cruz, en cambio, no cree en una marcha atrás porque «es una decisión política ya tomada».
Fariñas, que comenzó su vigesimotercer ayuno el 24 de febrero, un día después de la muerte de Orlando Zapata tras 83 días de huelga de hambre, exige desde entonces la excarcelación de veintiséis prisioneros de conciencia adoptados por Amnistía Internacional y cuyo «estado de salud es muy preocupante e incompatible con el internamiento carcelario», según la Cdhrn. No obstante, el disidente asegura que «si el Gobierno flexibiliza su postura y excarcela a los diez o doce más enfermos, nosotros debemos también ser flexibles». Así se lo ha prometido a las autoridades eclesiales si pactan con Castro un «calendario prudencial para que no se sienta presionado».
Para Fariñas influyen en «este cambio» del Ejecutivo la crisis económica mundial, que afecta a Cuba «con los abastecimientos», que inciden en el descontento de la población, y la escasa credibilidad tras los «escándalos de corrupción en la nomenclatura» de la nación. También, según el opositor, la muerte de Zapata y la represión de las marchas de las 'Damas de Blanco'. Y es que las mujeres familiares de los disidentes detenidos en la primavera de 2003 desencadenaron lo que el régimen cataloga una «campaña mediática» de desprestigio, «mercenaria» y «traidora» financiada por EE UU y organizaciones anticastristas para desestabilizar la isla.