Los cooperantes Vilalta y Pascual cumplen medio año en manos de Al-Qaida
RABAT. Actualizado: Guardar«Nunca imaginamos que íbamos a llegar al medio año así». Los compañeros de Albert Vilalta y Roque Pascual, los cooperantes catalanes que permanecen secuestrados por Al-Qaida desde el pasado 29 de noviembre, no terminan de creerse que el sábado sus amigos alcanzarán los seis meses de cautiverio en Malí. «Estamos a la espera de que salte la liebre por algún sitio, de que se revolucionen las cosas», reconoce Josep Ramón Giménez, portavoz de Barcelona Acció Solidaria.
La liberación el pasado 10 de marzo de Alicia Gámez, la otra española que había sido capturada por los terroristas islámicos, había hecho albergar esperanzas de una rápida solución. Pero tanto el futuro de Vilalta y Pascual como el estado de las negociaciones siguen siendo una incógnita. Mientras los países de la región se esfuerzan por aumentar su coordinación en la lucha contra el terrorismo en el Sahel, el Sáhara sigue siendo un coladero y una peligrosa trampa para los occidentales.
El Gobierno español mantiene su mutismo sobre el secuestro de los cooperantes y, seis meses después, sigue apelando a la prudencia. «Seguimos trabajando para conseguir su liberación, con reuniones periódicas y las familias están puntualmente informadas de todo», señala escuetamente un portavoz de Exteriores.
Los dos catalanes se encuentran en el norte de Malí, adonde fueron trasladados tras ser capturados en Mauritania, en poder de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI). Los terroristas habían pedido dinero y las negociaciones parecían ir sobre ruedas hasta que, en marzo, AQMI exigió, además, la excarcelación de presos islamistas que cumplían penas en Mauritania.