Los devotos se arremolinan junto a la reja antes de que la Virgen saliera. :: JUAN CARLOS CORCHADO
EL ROCÍO 2010

La Virgen colma de gozo a los romeros

La Misa Pontifical se celebró como manda la tradición bajo un cielo abierto, un sol de justicia y ante el brillo de los simpecados La jornada se consumó en la espera para ver el salto de la reja, el instante clave de la romería

ALMONTE. Actualizado: Guardar
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Desde muy temprano los romeros se preparaban para vivir el día más emocionante y esperado por todos ellos. La Virgen de El Rocío esperaba a que los almonteños saltaran la reja de madrugada para bendecir a todos sus hijos. Sin embargo, en la jornada de ayer, en torno a las 10 de la mañana, daba comienzo en el real de El Rocío la celebración de la Santa Misa Pontifical al que acudían todas las hermandades filiales acompañados de sus respectivas asociaciones rocieras.

La celebración fue presidida por el Obispo de Huelva, José Villaplana Blasco. El pastor de la diócesis estuvo acompañado de todos los respectivos directores espirituales de las 107 hermandades filiales. El grupo de los Romeros de la Puebla eran los encargados de cantar las plegarias que se rezarían durante la celebración de la santa misa.

En torno al monumento de la coronación canónica de la Virgen de El Rocío, en un altar montado para la ocasión, fueron colocándose los respectivos simpecados dibujando una estampa impresionante. Sol reinante y el fuerte calor el que acompañó durante la mañana la celebración de la eucaristía.

Durante la misma, la Hermandad Matriz de Almonte realizó pública protestación de fe; la proclamó el secretario de la Matriz y luego fue ratificada por todos los hermanos mayores de las respectivas hermandades presentes en la misa. En torno a las 12 del mediodía se daba por finalizada la celebración de la eucaristía, dando paso a la salida de los respectivos simpecados del altar para posteriormente iniciar el camino de regreso hacia sus respectivas casas de hermandades.

Esperando el salto

Tras regresar de la Misa Pontifical, los distintos romeros se disponían a vivir el último día de la romería por todo lo alto. En las casas de hermandades muchos se retiraban a descansar ya que la noche se presentaba larga. Otros hacían patente la alegría por saber que acercaba el momento de que los almonteños saltaran la reja y sacaran por las calles de la aldea a su patrona.

A las seis de la tarde daba comienzo una misa con representación de hermandades de la provincia de Cádiz, asistiendo entre otras las de Sanlúcar de Barrameda y Rota. Entrada ya la noche, a las 23 horas, los simpecados comenzaban a marchar en busca de la plaza de Doñana donde tenía lugar la concentración de todas las hermandades filiales para posteriormente iniciar la celebración del Santo Rosario.

En torno a las 23.45 minutos hacia su entrada en la plaza de Doñana la comitiva gaditana, que ocupando el lugar que le correspondía, esperaba al resto de hermandades. Comenzaba así la cuenta atrás para la llegada de un momento, que se espera todo un año.