EL RAYO VERDE

LA REALIDAD ATACA

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Desde hace poco más de una semana lo público se ha hecho privado, es decir que esas dos esferas en que nos movemos, la gran actualidad y la pequeña vida de la gente, se han fundido. El mundo ya no ocurre en otra parte, como decía Felipe Benítez Reyes, sino que está aquí. Como 'V', los alienígenas verdes. La sensación de peligro, de malestar, cuando no de hecatombe, se ha instalado en las mesas de los cafés, en los pasos de peatones o entre las sienes. Los hasta ahora confiados, me incluyo, nos sentimos como los tontos terrícolas de la película de Tim Burton, 'Mars Attack', masacrados por los crueles y babeantes bichos que han bajado del platillo volante. Dinamitarán la Casa Blanca.

En el museo de los horrores en el que vivimos despunta un nuevo monstruo: el fantasma de la crisis industrial en la Bahía, un sector que, aparte su objetiva importancia, siempre ha tenido un gran peso subjetivo, psicológico, en nuestro constructo social, por llamarlo de alguna manera. Apenas ningún proyecto ha cuajado tras el cierre de Delphi, a pesar de planes y subvenciones, de las promesas, del optimismo oficial y de la faraónica solución que dio el consejero Antonio Fernández a la marcha de la multinacional del Río San Pedro, que hoy se antoja aún más desmesurada.

Si nada lo remedia se avecina un nuevo parón en los astilleros y la aeronáutica, que parecía el sector del futuro, se aboca a un punto de no retorno con la «vida propia», la «externalización», o sea la venta, de la factoría de Airbus Military, la antigua CASA luego llamada EADS, de El Puerto; abreviada como CBC. Aunque la empresa no lo admita, todo hace prever que en ocho días se comunicará oficialmente que la fábrica ha sido «identificada como unidad independiente». Los directivos del consorcio ultiman la 'due diligence' y le asignarán una carga de trabajo suficiente como para que sea atractiva a un comprador. En el horizonte aparecen como posibles interesados Alestis, Aernova y Aciturri, las tres principales empresas del sector, la primera de ellas participada por la Junta de Andalucía y por el propio Airbus. Sevilla, que hace un año consiguió parar la salida del consorcio europeo del CBC, nada más llegar Martín Soler, tiene interés por situarse en ese escenario, aunque quizá no lo tenga tanto Toulouse. Alestis está aún por consolidar. Pero aún hay más: el marco al que se tiende es a crear unas pocas grandes contratas europeas, 'tier 1', que subcontraten a su vez. Es fácil suponer que sus centros estarán en Alemania y Francia y en qué escalón nos quedaremos aquí. De momento, la matriz se esfuerza por llevar el proceso con mesura, cuidar el empleo y aplacar a los comités.

Está por ver qué gestión puede hacerse de esta situación desde la política provincial, donde la falta de pulso y las heridas abiertas apenas dejan espacio para la lucidez. En el submundo de la conspiración política se llega a comentar que nuevas broncas industriales en la Bahía, con su consiguiente eco mediático, reforzarían a la díscola dirección socialista, el 'PSOE gaditano-auténtico', porque el aparato griñanista la necesitará para controlar la situación. Como lo oyen. Eso es convertir la crisis en oportunidad.