Reforzar el euro
La buena noticia es que Alemania liderará la revitalización de la moneda única
Actualizado: GuardarLos ministros de Economía de la UE intentaron ayer reforzar el euro, tocado por la crisis griega y la mala situación de las finanzas públicas en un buen número de los Estados miembros, una situación que la canciller Merkel ha definido como «crisis existencial de la moneda única». La reunión del grupo de trabajo anunció sin excesivo detalle la resurrección del Pacto de Estabilidad, con sanciones nuevas para los Estados que tengan déficits excesivos. Detrás de este anuncio hay una buena noticia: tras muchas dudas, Alemania ha decidido liderar el reforzamiento de la moneda única y ha aprobado en su Parlamento una cuantiosa contribución al fondo de rescate europeo (123.000 millones de euros), cuya operativa está todavía por desarrollar. El objetivo de Berlín no es dar más capacidad de actuación a las instituciones europeas sino conseguir que los demás Gobiernos de la UE imiten sus soluciones, dada su reticencia a centralizar más poder económico en torno a Bruselas. No obstante, Alemania quiere reforzar la lucha contra el déficit en el plano europeo, introduciendo sanciones muy duras para los países incumplidores, con una definición de insolvencia de un miembro del euro y la suspensión de fondos y de derechos de voto para los Estados que amenacen la estabilidad de la moneda única. Pero es sintomático que en principio prefiera crear un nuevo órgano para esta fiscalización distinto de la Comisión Europea. En el marco del G-20, pretende la aprobación de un nuevo impuesto internacional sobre las transacciones financieras. A pesar de las diferencias de criterio con Merkel sobre el gobierno económico europeo, Francia ha decidido apoyar las propuestas alemanas como mal menor, para calmar las dudas de los mercados sobre la moneda única. La Comisión Europea sigue yendo a remolque de los Estados grandes, sin capacidad para que sus propuestas definan la agenda. El contraste con la reforma financiera de Barack Obama en poco tiempo en EE UU es muy ilustrativo: demuestra la diferencia entre un Estado federal con capacidad de actuación ante la crisis y una organización internacional en la que las tormentas económicas ponen a prueba la cohesión entre sus miembros.