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La misión de ayuda a Haití ya está en casa

El hospital del buque 'Castilla' ha atendido a más de 8.300 víctimas del seísmo, dispensado 21.000 vacunas y asistido 16 partos La tragedia de los cuatro marinos fallecidos en abril, en el recuerdo de todos

ROTA. Actualizado: Guardar
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«Estamos muy contentos, pero hay cuatro familias que no están aquí». Carmen espera ansiosa para abrazar a su hijo Omar Sam, de 31 años. «Es una alegría y un alivio tenerlo en casa sano y salvo, pero lo sentimos mucho por los compañeros que murieron». El buque 'Castilla', que zarpó de la Base Naval de Rota el 22 de enero en misión humanitaria tras el devastador terremoto de Haití, echó anclas ayer con cuatro personas menos de entre sus 450 tripulantes.

La trágica desaparición del cabo mayor Eusebio Villatoro, el comandante Luis Fernando Torija, el alférez Manuel Dormido y el teniente Francisco Forné, los marinos que fallecieron en el accidente de helicóptero el pasado 17 de abril, supuso un duro golpe para sus compañeros, que ayer se reencontraron con sus seres queridos tras pasar cinco meses de misión humanitaria en el país devastado por el terremoto.

Un duro golpe

«Nos tocó bastante anímicamente, porque no es lo normal. Además, les teníamos bastante aprecio». Con su hija de dos años en brazos, Alejandro Soler asegura que ha sido una experiencia muy gratificante. «La campaña de vacunación y el tránsito continuo de personas en el yate de asistencia sanitaria te hacen ver que eres útil, que realmente estás ayudando a la gente a salir adelante». Pocas veces se da una concentración de sentimientos en tan breve espacio como la que se produce en los momentos previos a los reencuentros que se viven en la Base Naval de Rota. En los diez metros que separan la zona autorizada para las familias y la escalerilla del barco, se acumulan los gritos, los saludos y los besos al aire. Tras más de un mes de travesía de regreso, la hora aproximada que tardan los marinos en desembarcar se eterniza hasta la exasperación. La banda de música, que imprime un carácter festivo al protocolo, no consigue amenizar la espera.

Los números

«No sabes lo que es esto». Manuel Jiménez, de 35 años asegura que todavía queda mucho por hacer en Haití. «No sólo por el terremoto, sino por la situación previa que vivía el país. Pero ahora es el momento de disfrutar de la familia». Esta ha sido la última misión del coronel Santiago Huescas, jefe de la Unidad Médica del 'Castilla', que ha pasado a la reserva tras 34 años de servicio. «La asistencia en los partos es algo que no habíamos hecho nunca. Ha sido una gran ilusión».

La tripulación del 'Castilla' ha retirado más de 8.000 metros cúbicos de escombros de las viviendas derruidas a consecuencia del trágico seísmo que causó 300.000 muertos y otros tantos heridos. También han distribuido 600.000 litros de agua potable y abierto 8.200 metros de viales en Petit Goâve, la localidad costera situada a unos 70 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe, en la que han estado destinados y en la que además han acondicionado un terreno de más de 11.000 metros cuadrados para instalar un campo de desplazados con viviendas semipermanentes.

Pero los números poco importan cuando el país continúa sumido en la pobreza. Virginia Montero, de 24 años, ha sido recibida por sus amigas. «Te vas con el sentimiento del deber cumplido, pero con la espina de saber que queda mucho trabajo pendiente».