La familia Pérez posa orgullosa junto a la carreta de la hermandad de Cádiz. :: J.M.M.
Ciudadanos

Tres generaciones de carreteros

La familia Pérez lleva más de 20 rocíos encargada de conducir la carreta por las duras arenas del Parque Nacional de Doñana

ALMONTE. Actualizado: Guardar
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Tres personas, mismo nombre y apellidos. Son conocidos en el seno de la Hermandad del Rocío de Cádiz como 'Los Porras'. Tienen la importante labor de conducir la carreta del simpecado por las arenas del Parque Nacional de Doñana durante los días que dura tiene el Rocío. Hablamos de José Luis, abuelo, José Luis, padre y José Luis nieto e hijo respectivamente. Tres generaciones ostentando desde hace ya 25 años, el titulo de Carreteros del Simpecado gaditano. Nadie mejor que ellos conocen a los cuatro mulos que tiran de la carreta, desde un mes y medio antes de la romería han venido preparando a los animales para que dentro de lo posible poder hacerles el camino menos pesado. Hoy tercer día de camino, atienden amistosamente a LA VOZ, para conocer más de cerca una de las funciones más tradicionales de El Rocío: el Carretero.

-¿Cómo está transcurriendo el Rocío de este año?

-Pues la verdad es que muy tranquilo. Excepto el martes que nos sorprendió la noche y llegamos ya a oscuras. Sólo el calor está causando estragos, sobre todo a los mulos -que notan más el esfuerzo-, pero está compensado por el ritmo constante que llevamos y sin excesivos parones.

-¿Qué supone llevar a cabo esta labor?

-Imagínate. Son tres generaciones de nuestra familia encomendados a esto. El año que viene ya serán cuatro, porque vendrá un bisnieto de José Luis Pérez, el primero de la saga y el que aún se emociona cuando mira atrás en su recuerdo y ve como su labor la siguen desempeñando su hijo y su nieto.

-¿A que parte del camino se le tiene más respeto?

-Pues si somos sinceros, la salida de la hermandad de la ciudad son los momentos de más intranquilidad. La cantidad de público y el riesgo de que la mula pueda resbalar en el asfalto hacen que el animal se ponga más nervioso y tengamos que estar más pendiente para evitar un incidente mayor. Ya cuando estamos en las arenas, nada nos preocupa. Tenemos la suerte de contar con cuatro mulas muy buenas. Son propiedad de Manuel Orellana y tenemos una predilección especial por 'la Mojina', «esa tiene fuerza pa tirar ella sola de la carreta», comenta José Luis Pérez, hijo.

-La llegada a El Rocío seré el momento más emocionante, ¿no?

-Tras cuatro duros días de camino, la satisfacción cuando la carreta del simpecado entra en su capilla es incalculable. También tengo que destacar al grupo humano que acompaña cada año a la hermandad, hacen que nuestro camino sea más liviano. En todo momento están pendientes de que no nos falte de nada y siempre están dispuestos a ayudar. Por todos ellos y por la Virgen de El Rocío, merece la pena pasar calor, frío, impregnarnos del polvo del camino y andar por las duras arenas de Doñana durante cuatro días (en el camino de ida), y durante dos en la vuelta. Mientras la Virgen nos de fuerzas, aquí estarán 'Los Porras' para todo lo que su hermandad de Cádiz necesite.