Ignorancia y provocación
Las tonterías en política no deberían salir gratis, y merecen ser respondidas con contundencia
Actualizado: GuardarSorprende la manera en que el Gobierno corta por lo sano algunos desatinos al tiempo que guarda silencio ante la desmesura y la exageración política. Vayamos por partes. La reivindicación del primer ministro marroquí de Ceuta y Melilla no es más que una provocación que, no por repetida y esperada, molesta y aburre menos. Es un pulso calculado y también la demagogia que usa un vecino que no merece confianza. Pudiera ser que cuando Abas El Fasi pide el fin de la ocupación de Ceuta y Melilla esté mandando mensajes a los suyos. Pudiera ser, aunque no creo que ignore el efecto que sus palabras tienen entre nosotros, y sobre todo entre los ciudadanos de las dos ciudades autónomas españolas. Pudiera ser que el primer ministro de Mohamed VI no quiera saber que las dos plazas que demanda jamás fueron ocupadas, y todo ello por una simple razón: siempre fueron España. Es más, en el caso de Melilla fue España incluso antes que Navarra. España no merece la ignorancia de la que hace gala el político marroquí. Pero eso es lo de menos. Lo fundamental es que se ha encontrado a un Gobierno que ha sabido cerrar el debate incluso antes de nacer. El Ejecutivo ha salido de su zozobra habitual y ha enviado un mensaje: La españolidad de Ceuta y Melilla no se discute. Nada que discutir. Nada que hablar. Nada que desocupar. Nada que consultar. ¿O sí? ¿Aceptaría Marruecos preguntar a los que viven ahí qué quieren ser? Venga, señor ministro, ponga la fecha. Diga cuándo quiere la consulta. Y hágala vinculante para cerrar esta vaina. Pero el mismo Gobierno que tiene tan claro un asunto como este derrapa a la hora de soportar la desmesura de la que Evo Morales hace gala. La mala fe se digiere; la maldad, los malos modales y la provocación, también. La estupidez no. Y la mentira menos. Morales, un trasunto de plastilina y papel de estraza a la manera de Hugo Chávez, dice que una fundación de Aznar quiso dar un golpe en Bolivia; dice tener pruebas: unos recortes de periódicos de la prensa boliviana. Acabáramos. Las tonterías en política no deberían salir gratis, y desde luego merecen ser respondidas con contundencia. Después de atribuir al pollo propiedades que explicarían el origen de la homosexualidad y la calvicie masculina, viene a España a darnos una clase de derecho constitucional. Y nadie le dice nada. Como nadie dice nada ante la sospechosa sonrisa de la presidenta de Argentina dando la mano a Garzón, y pidiendo justicia para el ex juez. Nadie dice nada. Pero alguien con educación y sin subir el tono de voz debería haberle dicho que en sus mejores tiempos un juez como Garzón hubiera investigado la forma en que el matrimonio Kirchner ha multiplicado su patrimonio sin que se le conocieran antes bienes y propiedades que respalden tan desaforado milagro de los panes y peces.