Opinion

Los auténticos luchadores anti sistema

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La famosa ley de memoria histórica no deja de perseguirnos mediáticamente, y, como consecuencia, se me ocurre algún que otro pensamiento respecto a ella. Quiero retroceder mentalmente a la España de 1933: hay una Constitución aprobada por todos los grupos políticos, emanada legítimamente por el pueblo y generada de acuerdo con las nuevas ideas. De acuerdo con ella existe el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de culto. Pues bien, los líderes políticos desarrollando ese precepto constitucional, emanaron una ley según la cual a las órdenes religiosas se les impedía impartir docencia, los jesuitas son expropiados de sus propiedades y deportados de España. Y por si fuera poco, empiezan a quemarse iglesias y conventos, siempre católicos sin que la policía ni ninguno de los Poderes del Estado hicieran nada. Y todo ello, bajo el paraguas legítimo de la Constitución, que amparaba los derechos que se estaban vulnerando, los derechos de libertad religiosa, de culto, de expresión, de reunión, de libertad de cátedra y de posesión de bienes. A la vista de esto, me pregunto quiénes fueron los auténticos luchadores antisistema, los auténticos anticonstitucionales: los que le pegaron fuego a las iglesias y toleraron-animaron-consintieron la persecución religiosa o quienes se levantaron en armas para proteger los derechos y deberes constitucionales. ¿Se podría decir en el año 2010, que alguien a quien le expropian injusta e innecesariamente todos sus bienes es un ciudadano antisistema porque recurra esa decisión? Y si ese alguien es un profesional al que se le impide dar clase, o es infravalorado laboralmente por sus creencias y dejado de lado: ¿no tiene derecho a defenderse? ¿Puede la gente expresarse libremente en público actualmente en España sin ser atacada con todo tipo de descalificativos? No siempre está claro quiénes son los buenos y los malos.