Pere Gimferrer es una gran apasionado de la poesía japonesa, el cine de autor y los toros. :: LA VOZ
LITERATURA

«Me gustan mucho los haiku japoneses»

El escritor catalán leerá algunos de sus primeros poemas en la Biblioteca Provincial, acompañado por Felipe Benítez ReyesPere Gimferrer Poeta y académico

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A punto de recalar en la provincia, Pere Gimferrer habla de cine, de jazz, de toros y de poesía japonesa, de la que se confiesa un gran admirador. Esta tarde, el poeta que ocupa el sillón 'O' en la Real Academia Española (el sitio que antes tenía Vicente Aleixandre) tiene una cita con sus lectores gaditanos en la Biblioteca, dentro del ciclo 'Letras capitales' que organiza el Centro Andaluz de las Letras. Acompañado por Benítez Reyes, mañana repetirá en la Fundación Caballero Bonald de Jerez.

-¿Qué tiene preparado para el encuentro de esta tarde con sus lectores?

-Hablaré de mi experiencia como poeta y leeré algunos poemas de mi libro más conocido de mi primera etapa, 'Arde el mar', y de la última, 'Tornado'.

-¿Podría decirse que la mujer es su gran musa?

-No todos mis libros hablan de la mujer, sí los dos últimos. En uno de mis libros de prosa, 'Interludio azul', narro la base biográfica del suceso que luego traduje en un doble cancionero. Es un retorno a un amor de juventud que se reanuda, que dio lugar a dos libros de amor recientes.

-¿Qué es lo que más le fascina de las mujeres?

-Nunca me lo he planteado en términos racionales y precisos pero decía Machado que la mujer era 'verso del ser'. Lo que Octavio Paz llamaba la 'otredad'. Esta palabra tiene un sentido más amplio, filosófico. Es lo distinto de uno mismo, lo no idéntico.

-En su poesía hay imágenes cinematográficas y musicales.

-Empecé como crítico de cine, antes de dedicarme a la poesía. Además, sigo dedicado al cine, aunque no tanto como antes. El cine tiene mucha relación con mi sistema de imágenes. Hay muchas películas que cito directa o indirectamente. El cine de Sternberg, Douglas Sirk, Rosellini, Visconti, Buñuel, el cine clásico americano, Fritz Lang...

-¿Qué últimas películas le han gustado?

-Tengo que decir que no llega todo el cine a las salas, algunas películas hay que verlas en DVD. Ahora está el Festival de Cannes que tiene en su jurado a Víctor Erice o Tim Burton y en concurso o fuera de concurso a otros grandes directores. Pero, ¿a cuántos se conoce en España? Por ejemplo, está Manoel de Oliveira, que apenas se han mostrado sus obras comercialmente en nuestro país, igual pasa con Godard. Se acaba de estrenar en España 'Two lovers', protagonizada por Joaquín Phoenix, una película que se vio en todo el mundo hace dos años y aquí no. Los españoles vemos lo que nos dejan ver del cine mundial. Quizá eso termine con la era digital, con la desaparición de la figura del distribuidor pero estamos lejos todavía de llegar a esa fase.

-En su obra también hay alusión al jazz.

-Antes lo escuchaba mucho más. El actual no es el mismo que yo seguía. Los estándares de los sesenta aún están vigentes pero el jazz ya no tiene la importancia social que tuvo hace unas décadas.

-¿Revisa mucho sus poemas?

-Depende. Mi última obra inédita la escribí en seis días pero hasta hace poco estaba corrigiéndola. También 'Tornado' es una obra que está bastante revisada.

-¿Cuándo verá la luz el material nuevo?

-A comienzos de año, acabo de terminar de escribirla como quien dice.

-Vázquez Montalbán decía de usted que era mucho más que un poeta, que era el guardián del patrimonio de las palabras.

-La verdad es que no lo recuerdo pero me parece muy generoso por su parte. Sería porque me dieron el Premio de las Letras. Me alegra póstumamente que dijera eso.

-¿Cuáles son sus referentes en la poesía?

-Lo tengo muy claro: Góngora, Rubén Darío y Dante.

-Tengo entendido que no suele leer obras traducidas y que incluso ha aprendido idiomas para leer poemas extranjeros en su lengua original.

-Es cierto. Hay muchos idiomas que no podría hablar o escribir pero sí leerlos, pero ya no lo intento tanto porque me pierdo en el camino. Aun así, sí que he aprendido alguna lengua para leer a algún poeta concreto. Pero esto no es la primera vez que ocurre, Unamuno ya lo hacía.

-¿Lee también poesía china o los haiku japoneses?

-Sí, sí, los conozco muy bien. Leo mucha poesía japonesa. Sin saber el idioma o el alfabeto, pero me he acercado a ella a través de algunas traduciones al inglés de Arthur Waley o las que hizo Octavio Paz al español.

-¿En qué se diferencia de la poesía occidental?

-La métrica del haiku es bastante fija y tiene una gran capacidad de síntesis. Yo he escrito algun poema incluso con esta métrica. Mi limitación es que sólo conozco este tipo de poesía traducida.

-Se ha quejado en alguna ocasión que a los jóvenes de hoy en día les falta una formación humanística.

-Ya apenas se estudia latín, ni griego, ni Historia de la Literatura, ni Filosofía, ni Historia del Arte. Hoy los chicos no llegan a estudiar eso en la Universidad. Hay una encuesta del CIS que dice que sólo un 8% de la población española estudia un idioma actualmente y que más del 20% no está interesado por las lenguas. No lo digo yo, lo dice el CIS.

-A pesar de ello, ¿cree que hay buenas poetas jóvenes hoy en día?

-A pesar de esta mala situación general pueden surgir poetas de talento, pero siempre será por su inquietud personal no porque les ayude mucho el programa de estudios que les toque en suerte. Pero puedo citar a varios jóvenes poetas: José Luis Rey, de Puente Genil, que me va a presentar en Jerez y que nació en el 75 o Joaquín Pérez Azaustre.

-¿Qué está leyendo ahora mismo?

-A ratos, la narrativa breve del italiano Gabriele D' Annunzio.

-En un gran defensor de las corridas de toros. ¿Cómo ve el tema taurino?

-Si algún día desaparecen no será porque se prohiban sino porque desaparezca la afición. Hace un año podía pensarse que había decaído pero basta que un torero llame la atención como José Tomás para que se llenen los cosos. Pero la polémica se refiere a otro asunto, a una proyección animalista que yo creo errónea y a unos no confesados argumentos nacionalistas erróneos en el caso de Cataluña, donde la fiesta tiene una gran tradición. Hay una incomprensión de la naturaleza de la fiesta que hace que no sea posible dialogar con algunos antitaurinos que utilizan argumentos ajenos a este arte. Es como si se prohibiera escribir en verso porque nadie habla en verso pero estamos hablando de un arte.