
Las grandes potencias se unen contra Irán
La Casa Blanca ve como una maniobra de manipulación el acuerdo alcanzado por Teherán con Brasil y Turquía en materia nuclear EE UU convence a China y Rusia para imponer nuevas sanciones al régimen islámico
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEl escepticismo con que Estados Unidos recibió el lunes la firma del acuerdo entre Brasil, Turquía e Irán para retirar material nuclear de este último país se transformó ayer en un rotundo movimiento de desafío. A primera hora de la mañana Hillary Clinton anunció que esa misma tarde presentaría al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el acuerdo alcanzado con las potencias mundiales para imponer nuevas sanciones al país persa.
Se abría así un cisma en la comunidad internacional, que, desde su llegada al poder, el presidente Barack Obama ha intentado unificar diplomáticamente para aislar a Irán. Sin embargo Mahmoud Ahmadineyad logró dividirla con la firma de este acuerdo en el que Brasil y Turquía han invertido muchos esfuerzos por sus propios beneficios económicos y a espaldas de la Casa Blanca.
Lo que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aplaudió como «un paso adelante» de Irán, que aceptó la entrega de 2.640 libras de uranio altamente enriquecido, fue visto por la Casa Blanca como una maniobra de manipulación. «No creemos que esa declaración haya sido hecha casualmente cuando nos disponíamos a mover ficha en Nueva York», dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al Comité de Relaciones Exteriores del Congreso.
El Gobierno estadounidense decidió seguir adelante con sus planes y subrayó que incluso durante la firma de ese acuerdo en Teherán Ahmadineyad había ratificado su voluntad de seguir enriqueciendo uranio, lo que viola las obligaciones contraídas en el Tratado de No Proliferación Nuclear y numerosas resoluciones previas del Consejo de Seguridad de la ONU. Si el comunicado de la Casa Blanca enfureció a Brasil y Turquía, que en palabras del embajador turco Namik Tan esperaban «algo más positivo», las declaraciones del adjunto al primer ministro ruso, Sergei Ivanov, adelantaban los acontecimientos de ayer. «Irán debería estar absolutamente abierto a las inspecciones» de la Agencia Internacional de Energía Atómica, anunció.
Derecho a veto
Al amanecer Hillary Clinton selló por teléfono el pacto con sus homólogos de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad y por la tarde su embajadora, Susan Rice, presentó el borrador en la ONU durante una reunión de urgencia.
Si bien Clinton anunció en el Congreso que tiene el apoyo de China y Rusia, los dos más reticentes de entre los que tienen derecho a veto, todo apunta a que no podrá presumir de una decisión unánime de los 15 miembros Consejo de Seguridad. Al menos Brasil, Turquía y Líbano anticipan su oposición. «No creemos en las sanciones, no funcionan», avanzó el embajador turco antes siquiera de conocer el borrador.
Los cinco miembros del Consejo de Seguridad más Alemania y la Union Europea han negociado los puntos durante meses en absoluto secreto, sin que se filtren los detalles de las sanciones que deben poner más presión económica en el país y en sus dirigentes. El Gobierno de Obama necesita agilizar la votación de esta resolución para calmar las presiones del Congreso, que a su vez recibe intensas presiones de los grupos judíos. Dentro de su partido, el senador neoyorquino Chuck Schumer pide que «EE UU ataque primero con sanciones unilaterales para que el resto del mundo le siga», y el republicano de Arizona Jon Kyl advirtió que «si quieres evitar un ataque militar tienes que poner toda tu energía en las sanciones». Muchos temen que para convencer a China, EE UU haya tenido que sacrificar intereses comerciales y edulcorar tanto las sanciones que, según la congresista de Florida Ileana Ros, «será casi como no hacer nada».