GORO (SITO) SAN FERMÍN
Esta tarde, el Gora San Fermín, lo cambiamos por Goro (sito) San Fermín
Actualizado: GuardarLlegó la hora de la verdad. La hora de los valientes. La hora de los toreros, como dirían el Diego y el Canijo de Los Delinqüentes. No va más señores. El Xerez CD se juega su permanencia en la Liga de las Estrellas en Pamplona, Málaga, Barcelona y Valencia, aunque a estas cuatro sedes podríamos sumarle Santander, por si acaso, pero esta última como que no. La primera premisa es ganar a Osasuna, está claro. Si no somos capaces de conquistar el Reyno de Navarra el tema en cuestión se torna imposible, menos posible que ver a una moto del Telepizza parada en un semáforo en rojo.
Ganando, todo lo demás cobra sentido. Madrid, Barça y Valencia tienen que ganar también como hacen casi siempre, y 'voilà', permenencia que te crió. Ojalá fuera tan fácil todo ¿verdad? A partir de esta tarde a las siete, los corazones de muchos aficionados al fútbol de España van a latir a una velocidad endiablada. La hipertensión y el sudor, porque la gente va a sudar más que un testigo falso, se adueñarán de todo aquel cuyo equipo se esté jugando algo. Y es que hay que ver que con treinta y siete jornadas ya disputadas, mira que dejarlo todo para el último día como los malos estudiantes. Aunque en nuestro caso el haberlo dejado para el último partido nos sabe a gloria. Tras conseguir sólo ocho puntitos en la primera vuelta, nadie, ni siquiera yo, daba un duro por un Xerez CD que el único debate que provocaba era el de ver en qué mes descendía. Pues un mojón como el sombrero de un picaor para todos los que nos mataron antes de tiempo, incluído yo. Hemos llegado vivitos y coleando al estertor, al último suspiro de la competición con bastantes posibilidades de sentir las mieles del triunfo que esta temporada estaba fijado en conseguir la permanencia en Primera.
El efecto Gorosito, los goles de Bermejo, el Prendimiento, la metamorfosis de Orellana, Gioda y Víctor, una afición de Primera, el Soberano Poder, unos rivales que han ido tirando por la borda colchones de puntos que los alejaban de nosotros... Cosas como estas han ido tejiendo un sueño cuyo último capítulo se celebra esta tarde y que a las nueve de la noche se sabrá si es dulce y dorado o por el contrario una pesadilla como las de Elm Street con Freddy.
La semana se me ha hecho más larga que la procesión de la Macarena. Desde que el Xerez derrotó al Zaragoza y los resultados en campos ajenos favorecieron nuestros intereses, no he hecho más que pensar en un final bonito, feliz, exitoso, un final de Primera, una verdadera eclosión de alegría, un orgasmo futbolístico, un placer sólo comparable al que se siente cuando te despiertas enmedio de la noche, miras el despertador y ves que sólo son las tres y cuarto y que puedes quedarte dormido otras cuantas horas más. La radio va a ser un elemento primordial en la tarde de hoy, será una sesión vespertina de transistores. Qué antigua suena la palabra transistor. Hoy celebraremos con la misma o mayor intensidad que un gol del Xerez en Pamplona, cualquier tanto que consigan Madrid, Barça y Valencia. Todos los xerecistas somos hoy de Messi, Cristiano y de Villa. Pero que quede claro que si el gol lo mete Maxwell, Marcelo o Jordi Alba, se celebrará de igual manera.
Estoy que me salgo del pellejo, más nervioso que el que le hizo el seguro de vida a José Tomás. Tengo unas ganas inmensas de que sean las nueve de la noche y todo se haya dado a las mil maravillas para que el equipo azulino, mi Xerez de mi alma, de mis entretelas y de mis entrañas se quede en Primera. Las hostilidades dan comienzo a las siete. Siete son los días de la semana, siete los colores del arco iris, siete los pecados originales, así como son siete las virtudes cardinales. Y de las siete virtudes cardinales me quedo con cuatro: la templanza, la humildad, la paciencia y la diligencia. Virtudes que nuestro equipo debe usar en el Reyno de Navarra para llevarnos al éxtasis.
A por ellos caramba. El corazón de la afición está contigo. FORZA XEREZ. Y recuerde, esta tarde, el Gora San Fermín, lo cambiamos por Goro(sito) San Fermín. Sí, sí, sí, lo vamos a conseguir.