Los participantes del debate comparten opiniones con la directora de LA VOZ, Lalia González-Santiago, en la sede del periódico. :: ANTONIO VÁZQUEZ
LA EMPRESA JOVEN A DEBATELA EMPRESA JOVEN A DEBATE

«Si se trata de crear un tejido empresarial fuerte hay que cambiar de mentalidad»

Los jóvenes emprendedores buscan alternativas a los sectores tradicionales y tiran de la innovación

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La tradición industrial y hostelera ha sido la escuela de los empresarios gaditanos. Son los sectores con mayor brillo y pocos pueden plantearse el éxito en otros mercados. Pero la realidad a veces da sorpresas. Microalgas, moda, biodiversidad y hasta gestión cultural son negocios que han dado magníficos resultados a sus precursores. El secreto: asumir riesgos e innovar.

Es el principal reclamo de los jóvenes, que en unos años tomarán el relevo de los que ahora lideran las principales firmas de la empresa gaditana. El congreso iberoamericano que se celebró en Cádiz la semana pasada vino a poner de manifiesto eso mismo y sirvió para tejer la red de contactos entre gestores de uno y otro lado del Atlántico. Esa relación es fundamental en un momento en el que los negocios se centran en la especialización para sobrevivir a las embestidas del mercado.

Un grupo de jóvenes emprendedores debaten en la sede de LA VOZ sobre el futuro del tejido empresarial, acompañados por la directora del periódico, Lalia González-Santiago, el responsable de la Cátedra de Emprendedores, José Ruiz Navarro y el presidente de la Asociación de AJE Cádiz, José Andrés Santos. Sobre la mesa se exponen los motivos del autoempleo, nuevas posibilidades de negocio, la reforma laboral o la perspectiva de género. ¿Es ahora un buen momento para iniciar la aventura? Todo es cuestión de los riesgos que se esté dispuesto a asumir.

Las opciones Autoempleo o paro

«Ahora y antes de la crisis. En todos los sectores hay buenas oportunidades y hay margen de empresa», abre el debate José Andrés Santos. Es quizá el que más apegado esté a la realidad diaria. Como empresario y como presidente del colectivo, le toca analizar muchas situaciones y no duda al asegurar que «la oportunidad no es mala, a pesar de lo que está cayendo».

Hay dos motivos fundamentales por los que la gente monta hoy un negocio: el primero, asumir el reto y el segundo, por la inestabilidad laboral. «Cada vez es más habitual encontrar a jóvenes que llegan a la asociación pidiendo consejo porque no tienen otra alternativa», explica. El sector en el que encuentran más seguridad es en el de los servicios, fundamentalmente ligados al turismo. «Es un importante nicho de mercado, porque el otro pilar, la industria, precisa de una inversión mucho mayor».

Tanto África Domínguez como Lucía Vázquez, han iniciado recientemente sus negocios. Sabían que la crisis iba a hacer mella, pero se atrevieron a asumir el riesgo. Ambas tienen empresas de gestión y administración y una de sus principales motivaciones para afrontarlas fue la falta de perspectivas de empleo. «Tal como están las cosas me arriesgaba a pasar muchas horas en un trabajo por un salario pésimo, además yo valoro mucho ser mi propia jefa», se desmarca Lucía, de Contaleg Consultores, instalada en Chiclana.

Los sectores clave No hay inversión segura

Pero no sólo mandan las circunstancias personales. Para empezar un negocio hay que tener iniciativa. El director de la Cátedra de -Creación de Empresas asegura que los alumnos que salen de la UCA tienen un mayor interés de establecerse por su cuenta. «Un 14,5% admite que quiere ser su propio jefe, frente al 7,3% del total de la población andaluza». Los resultados suponen una gran satisfacción al docente, uno de los primeros en introducir materias sobre organización de empresas en las aulas. «Cuando empezamos nos miraban como a bichos raros, porque asociar la Universidad a la actividad empresarial no tenía buena prensa», reconoce, pero ahora, se ha convertido en una tónica.

«Ahí ha empezado ese cambio de mentalidad tan necesario para reforzar la red de empresas de la provincia», insiste. Precisamente esa renovación es lo que reclaman los jóvenes, que ven en las nuevas tecnologías y la innovación el futuro de la empresa gaditana.

Le corta José Andrés Santos: «Si nos centramos en los sectores tradicionales: aeronáutica, naval o renovables, tal vez podremos tener un negocio seguro, pero con fecha de caducidad, hay que atreverse a emprender negocios diferentes». Acuerdo unánime en el grupo.

El modelo del futuro Superespecialización

Ese reto lo asumió África Domínguez, gerente de la empresa Gestión 32. Su modelo de negocio es totalmente nuevo, de manera externa realizan tareas de archivo y digitalización de documentos, trámites con otras entidades, atención telefónica o enlace con la asesoría. El principal reto ha sido darse a conocer y demostrar que prestan un servicio necesario. «Es muy difícil romper los esquemas básicos, pero cuando empiezas a funcionar y ven que les sale rentable te haces con una cartera de clientes», cuenta la empresaria.

En este caso, el riesgo ha sido doble: emprender un negocio y crear una necesidad que antes no existía. «Ese debe ser nuestro cometido», insiste el responsable de AJE.

Para ello, considera fundamental la especialización. «Los empresarios han venido haciendo de todo, pero cada vez se exige una mayor calidad en el producto, en eso no se puede competir, y hay que ser el mejor en una parcela concreta», interviene José Ruiz.

Sistema defectuoso Necesidad de una reforma

Desde la cátedra se analizan diferentes modelos de negocio y tiene una perspectiva amplia del mercado. «El sistema hacia el que caminamos exige de una red de conexiones entre las empresas para funcionar y el encuentro de jóvenes de la semana pasada es una fórmula estupenda para empezar a tejerla».

Tras una pausa, la cuestión de la reforma laboral hace dudar a los participantes del debate. Sin entrar en la disputa entre patronal y sindicatos que se discute en Madrid, todos se muestran de acuerdo en que las cosas tienen que cambiar.

José Andrés Santos toma la iniciativa y habla de la necesidad de mejorar la productividad. «Somos el país con mayor número de horas laborales y peores resultados, ahí se nota que el sistema falla y no hace falta una crisis para darse cuenta de ello». Considera que un modelo en el que se premiara al trabajador más productivo «fomentaría la sana competencia y mejoraría los resultados, lo que beneficia a empresarios y asalariados».

La propuesta gusta en la mesa, aunque sólo llega a mojarse la economista Lucía Vázquez: «no nos corresponde a nosotros decidir cómo serán las cosas, pero lo veo cada día por mis clientes que deciden iniciar un nuevo negocio y les cuesta muchísimo. Sería necesario un profundo cambio legal para facilitarle el camino a los emprendedores».

Ayudas y obstáculos El principio de la aventura

La empresaria se refiere a las trabas para iniciar un proyecto. Los costes del inicio y los trámites burocráticos son los principales obstáculos. Aprovechando la mentalidad de reforma, cocinada por la crisis, los cuatro participantes coinciden en que es un buen momento para hacer cambios. Los primeros deben empezar por las propias administraciones. «Desde la tramitación de ayudas a la concesión de permisos, la maquinaria es muy compleja. Pero eso no sólo ocurre en España, es común en toda Europa», explica el profesor.

De una manera o de otra, esas trabas desaniman a los emprendedores, que dejan pasar la oportunidad. La recomendación es mantenerse firme y no perder de vista el objetivo.