Director y actor posan a su llegada a la rueda de prensa de presentación de su última película. :: EFE
Sociedad

Stone vuelve a Wall Street

«Es una película sobre la avaricia, el poder y el dinero», afirma el cineasta en el Festival de Cannes

CANNES. Actualizado: Guardar
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El capitalismo más salvaje fue el gran protagonista de la jornada del viernes en el 63 Festival de Cannes. En una ciudad en la que durante 10 días, además de películas, acoge a las mayores fortunas del mundo, la exhibición sin recato de la mayor cantidad de lujo por metro cuadrado y que multiplica por tres sus precios sólo por ser época del festival, ha llegado Oliver Stone para poner las cosas en su sitio. Su película, presentada fuera de competición, 'Wall Street: El dinero nunca duerme', es una secuela de 'Wall Street', dirigida por el propio Oliver Stone en 1987.

Está protagonizada de nuevo por Michael Douglas en el papel del maquiavélico Gordon Greko, aquí muy bien acompañado por Shia LaBeouf, Josh Brolin, Carey Mulligan y Susan Sarandon. El filme comienza en el punto donde finalizaba el anterior, pero una década después. Si en el 'Wall Street' de 1987 finalizaba con el 'broker' Gordon Greko entrando en la cárcel, ahora vemos su salida. En sus años de prisión ha escrito un libro, que se ha convertido en un 'best seller' y parece reformado. Pero no es así. El filme sigue a un nuevo, joven y ambicioso 'broker', Jake Moore, que vive con la hija de Greko, de la que está profundamente enamorado esperando el momento propicio para pedirle matrimonio. La chica no quiere saber nada de su padre. Cuando el mentor de Jake se suicida tras oscuras transacciones financieras, el joven buscará el consejo de Greko, a espaldas de su novia. Jake aprenderá en sus carnes que Greko sigue siendo un maestro de la manipulación y que, como indica el título, el dinero nunca duerme.

Oliver Stone destila un fuerte mensaje sobre todos los horrores del capitalismo más salvaje, pero se acaba enredando entre tanto término económico que se queda corto. La realidad de la bolsa y el funcionamiento de los mercados va muy por delante de lo que cuenta la película, que no se mueve más allá de unas vagas referencias a las hipotecas 'subprimes'. «Es una película sobre la avaricia, el poder y el dinero» dijo Stone. La sensación final es que Oliver Stone ha dejado escapar un tema que daba para mucho más.

La regulación, imprescindible

Ahora bien, lo que cuenta lo hace de una forma brillante, con un ritmo trepidante, dosificando muy bien la tensión y los momentos tranquilos, jugando permanentemente con imágenes superpuestas de índices y cotizaciones (genial el mostrar el 'skyline' de Manhattan como la evolución del índice bursátil). Y nunca un director se ha recreado tanto mostrando Nueva York de una forma tan propia de postal turística. Lo que cuenta atrapa, lo que no impide que al final decepcione, incluido un 'happy end' muy forzado, sensación que provocó que la acogida no pasase de tibia. Lo mejor hay que buscarlo en los actores: Michael Douglas sigue dando miedo como un broker capaz de todo, incluso de traicionar a su hija, por el dinero, y la actriz que da vida a esta, Carey Mulligan, confirma que su nominación al Oscar por 'Un education' no fue por casualidad.

«No sé si el capitalismo funciona, me gustaría que se hicieran reformas más serias», dijo Oliver Stone. «En 1987, cuando salió la primera 'Wall Street', creía que las cosas iban a mejorar, pero estos últimos 20 años me han demostrado lo contrario. En la actualidad, las únicas personas que ganan dinero son los dirigentes de las empresas», aseguró el director, cuyo padre trabajo en la bolsa neoyorquina. «Si hace 20 años se pedía una mayor regulación de los mercados, ahora esto es imprescindible y muy urgente».

Michael Douglas se mostró feliz de recuperar a un personaje que le dio el Oscar y le abrió nuevas posibilidades como villano cinematográfico. «Con los años, los papeles que le ofrecen a uno como actor en Hollywood van disminuyendo. En cambio, pienso que el cine independiente sí ofrece oportunidades interesantes». El otro protagonista, Shia Labeouf, aseguró que «me he empezado a interesar por las finanzas para prepararme para el personaje de Jake. Incluso hice algunas inversiones que finalmente dieron buenos resultados, pero fue sólo cuestión de suerte».

Por su parte Josh Brolin habló sobre su personaje: «Su ambición no tiene límites, pues la reglamentación no es lo suficientemente estricta en el mundo financiero. La palabra clave es 'More'. Es más, yo mismo he invertido en la bolsa, y puedo decir que, cuando lo haces, pierdes tu identidad».