El alcalde de Granada fue el encargado de entregarle el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en el Carmen de los Mártires. :: ALFREDO AGUILAR
Sociedad

Bonald y su esperanza inteligente

En el Carmen de los Mártires, el galardonado reivindicó «los viejos métodos humanísticos de la razón», en un mundo «asediado de violencia y desmanes» El jerezano recoge el Premio Lorca diciendo que la literatura le ha ayudado a vivir plenamente

GRANADA. Actualizado: Guardar
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El poeta José Manuel Caballero Bonald recogió ayer el VI Premio Lorca de Poesía, dotado 50.000 euros y una edición antológica, con unas brevísimas e inconfundibles palabras entonadas con gravedad, cierto nerviosismo, y el inconfundible acento de alguien nacido de un padre cubano y una madre de ascendencia aristocrática francesa. El galardón se otorga a la trayectoria literaria del escritor, y Bonald dijo de sí mismo: «Mi vieja y afanosa dedicación a la poesía, durante más de 60 años, es una tenacidad duradera».

El premiado se reconoció como un escritor en cuyos textos se vuelcan sus ideas estéticas y su moral. «En mi obra está implícito todo lo que pienso y aún lo que no pienso», aclaró ante la mirada atenta de los cuatrocientos asistentes al acto, repartidos por los pequeños salones del Carmen de los Mártires. La delegada de Cultura, Dolores Barroso, no quiso perderse la ocasión y acompañó al jerezano en la entrega de premios.

Palabras como «la literatura me ha ayudado a vivir plenamente haciendo mis diagnósticos de la realidad» caldearon el ambiente institucional y protocolario del encuentro. Caballero Bonald cerró su discurso recordando que el mundo de violencia y desmanes que nos rodea encuentra soluciones en la inteligencia y en los viejos métodos de la razón. «La utopía es la esperanza consecutivamente aplazada, de modo que habrá que confiar en que esa esperanza se nutra de los frutos generosos de la inteligencia», cerró el galardonado. El autor de 'Manual de infractores' (2005) recibió largos aplausos justo después de definir la poesía como un «buen sistema para defendernos de todo lo que nos impide ser más íntegros y felices».

En la entrega del VI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, el alcalde repasó los aciertos del jurado en las seis ediciones anteriores. Desde 2004, han obtenido el galardón el asturiano Ángel González, el mexicano José Emilio Pacheco, que hace apenas un mes recogía el Premio Cervantes; la peruana Blanca Varela recibió la tercera edición del premio en 2006, siéndole concedido el mismo año el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; un español, nuevamente, consiguió el premio en 2007, el poeta valenciano de la Generación del 50 Francisco Brines. Y en 2008 lo volvió a recibir un valenciano y mexicano de adopción, Tomás Segovia. Pero fue el año pasado cuando por primera vez esta institución decidió premiar a un poeta andaluz.

Minutos antes, el autor de 'La noche no tiene paredes' (2009) había señalado que el Premio Lorca era una de sus más gratas satisfacciones en su ya largo oficio de escribir. «Para mí, es mucho más que una coincidencia feliz conectarme con Lorca», espetó.

«Rompe con lo establecido»

«El premio recae sobre un poeta excepcional, alguien a contracorriente, alguien que rompe con lo establecido y llama a las cosas por su nombre con fuerza y valentía, utilizando la palabra para puntualizar lo que no le gusta de todo cuanto ve, sin olvidar el lado más tierno de la vida, la fuerza del amor o la imperecedera belleza del mar, al que siempre está tan unido», prosiguió Torres Hurtado.

José Torres Hurtado recordó lo que decía el desaparecido Ángel González del galardonado: «El atractivo de la personalidad de Caballero Bonald se debe a una equilibrada combinación de cualidades en apariencia opuestas, que en él se contraponen y armonizan. Su temple irónico no le impide tomarse muy en serio las cosas que merecen la pena; su actitud a veces en apariencia distante, es compatible con la cálida proximidad que desprende su compañía; su sentido lúdico de la vida que le lleva a prolongar los momentos de ocio placentero hasta agotarlos, está compensado por una disciplinada dedicación a su trabajo de escritor».

«Dice Luis García Montero -continuó- que la región de Argónida, el territorio ficticio que José Manuel Caballero ha creado en sus poemas y sus narraciones, aunque coincide con el paisaje del Coto de Doñana, en ella la intensidad simbólica de la literatura edifica una naturaleza cargada de mitología personal, un espontáneo impulso de la tierra, vengativo y laborioso, que ajusta cuentas con el desamparo de la realidad inhóspita. Encerrarse con la literatura es lo mismo que encerrarse con la realidad», disertó el alcalde ante los dos poetas aludidos.

Convocado el 2010

«Con el agradecimiento a todos los presentes por su asistencia y con la reiterada felicitación a nuestro querido poeta, doy fin a mis palabras dando por convocada la séptima edición del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada, Federico García Lorca para el año 2010», concluyó el regidor municipal.

A esta VI edición del Premio Lorca optaban 36 escritores -diez españoles y 26 iberoamericanos-, entre los que se encontraban Pablo García Baena, Ida Vitale, Rafael Guillén, Luis García Montero, así como el argentino Alfonso Nassif, el chileno Nicanor Parra y el peruano Antonio Cisneros, el panameño Demetrio Fábrega, el mexicano Homero Aridjis y el argentino y Premio Cervantes Juan Gelman. Pero, finalmente, se decidió que fueran las manos de Caballero Bonald las que recogieran la escultura de bronce del granadino Miguel Moreno y la dotación económica.

A la gala, que se cerró con una actuación del cuarteto de cuerda Ars Nova y un ágape, asistieron numerosas autoridades locales y regionales, como la delegada del Gobierno andaluz, María José Sánchez. Entre estas, se encontraba el consejero de Cultura, Paulino Plata, que dedicó unas palabras al homenajeado -distinguido en 1996 como Hijo Predilecto de Andalucía- y a su obra «sabiamente forjada».

En mitad ellos, quedaban en el aire las palabras suspendidas de Bonald, autor de 'Las horas muertas', que ya optó en la edición pasada al este galardón. Pero finalmente el jurado decidió entregárselo en esta ocasión al poeta jerezano, que comenzó la velada ironizado sobre su «tenacidad duradera» como literato.