Pilar López de Ayala y Manoel de Oliveira en la presentación de la película, ayer en Cannes. :: EFE
Sociedad

Cannes despega a medio gas

A sus 101 años de edad, el portugués Manoel de Oliveira se presenta en el certamen de la mano de 'El extraño caso de Angélica' 'Tournée' del francés Mathieu Amalric no convence a los críticos del festival

CANNES. Actualizado: Guardar
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La competición del 63 Festival de Cine de Cannes ha despegado a medio gas. La frialdad con que fue recibida 'Tournée' ('La gira'), dirigida por el también actor Mathieu Amalric cortaba el aire. No hubo abucheos pero ni un solo aplauso. La película es la primera de las siete que la cinematografía francesa presenta en el Festival. A juzgar por este debut cabe echarse a temblar sobre cómo serán las demás. Conocido en España como actor de títulos como 'La escafandra y la mariposa', Mathieu Amalric lleva también una interesante trayectoria como director, siendo 'Tournée' su cuarto largometraje como realizador. La intención es buena, hacer un homenaje a las compañías de 'burlesque' de medio pelo, pero el resultado cansa.

Con el propio Amalric al frente del reparto, este se completa con Mimi Le Meaux, Kitten On The Keys o Dirty Martini, unas auténticas estrellas del 'new burlesque' americano, cuarentonas y con bastantes kilos de más, que prácticamente se interpretan a sí mismas. Amalric interpreta a un exitoso productor de televisión parisino, que lo dejó todo (hijos, amigos, enemigos, amores y remordimientos) para comenzar de cero en América nada más cumplir 40 años.

El filme se inicia con su regreso a Francia con un grupo de bailarinas de striptease denominado New Burlesque, americanas llenas de fantasías románticas sobre Francia y París. De ciudad en ciudad, el humor de los números y las curvas de las chicas conquistan tanto a hombres como a mujeres. Y a pesar de los hoteles impersonales, sus hilos musicales y la falta de dinero, las coristas inventan un mundo extravagante de fantasía, calidez y fiestas. Pero su sueño de concluir la gira a lo grande en París se rompe en mil pedazos: la traición de un viejo amigo hace que este productor pierda la sala que había apalabrado. Se ve obligado a emprender un breve viaje de ida y vuelta a la capital, que reabrirá violentamente las heridas del pasado reencontrándose con sus hijos. «Las actrices del filme son las que han logrado la resurrección del 'new burlesque'. Al principio fue un movimiento lésbico, nacido en 1995 con un grupo que se llamó la Velvet Hammer», recordó Amalric, que ha combinado una parte puramente documental (la actuación de las chicas en los escenarios) con la ficción del recorrido por la costa atlántica francesa.

La segunda película en competición, la china 'Chongqing Blues' tampoco ha sido para echar las campanas al vuelo. Dirigida por Wang Xiaoshuai, uno de los cineastas chinos de la última generación, está protagonizada por Wang Xueqi y Qin Hao. Un capitán de barco regresa después de 6 meses en el mar y recibe la noticia de la muerte de su hijo de 25 años, a manos de la policía en un atraco.

Regresa a Chongqing, la ciudad donde vivió en otro tiempo, para descubrir lo que sucedió y se da cuenta de lo poco que conocía a su hijo. Una historia de tonos moralizantes en la que comprenderá hasta qué punto su ausencia ha pesado sobre la vida de su hijo.

El problema de la película es que cuenta en dos horas lo que Xiaoshuai podía haber contado en 80 minutos. Muy cuidada visualmente, algo que hacen muy bien todos los directores chinos, va resultando cargante conforme se va imponiendo su tono moralizante sobre la narración de la historia fuertemente melodramática.

«La película esconde un punto muy importante, el sentimiento del valor. En un contexto de rápido crecimiento económico, hemos perdido nuestros valores. Y eso es lo que se ve a través del personaje del padre: él trata de conocer a su hijo, trata de recuperar sus valores, pero no lo logra», explicó el director. La película fue recibida en el primer pase matinal de las ocho y media de la mañana con escasos y muy tímidos aplausos.

El interés de la jornada hubo que buscarlo en las demás secciones. Inaugurando 'Una cierta mirada' (la segunda en importancia después de la competición oficial), la nueva película del venerable director portugués Manoel de Oliveira, que a sus 101 años (cumplidos el pasado diciembre) sigue haciendo un pacto con el diablo y rodando una película por año. La de esta ocasión, que él mismo ha presentado en Cannes dando muestras de una envidiable vitalidad, se titula 'El extraño caso de Angélica', una coproducción entre Portugal y España con Francia y Brasil, que protagonizan Pilar López de Ayala y Ricardo Trepa, nieto del director, con el que ya ha colaborado 18 veces.

Toque metafísico

La trama sencilla, como todas las de este director, presenta sin embargo un cierto toque metafísico, algo novedoso en su trayectoria, manteniendo su tradicional lenguaje de largos planos en los que la acción se desarrolla ante una cámara casi siempre inmóvil.

Un joven fotógrafo inquilino de una pensión de Régua, debe acudir de inmediato una noche a la casa de una adinerada familia para hacer el retrato de su hija, Angélica, quien falleció justo después de su matrimonio. Cuando llega a la mansión de luto, el fotógrafo descubre el cadáver de Angélica y su serena belleza lo trastorna. Tan pronto como la mira a través del objetivo de su cámara, la joven parece recobrar la vida, sólo para él, enamorándose locamente de la fallecida. A partir de ese momento, Angélica, como un fantasma, le atormentará día y noche, hasta el agotamiento. Oliveira se aleja de las adaptaciones literarias que han cimentado su fama.