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La subida de impuestos siembra el desconcierto en el Gobierno
Elena Salgado frena por ahora la idea de un incremento fiscal para las rentas altas, tesis alentada por Blanco y Chaves
MADRID. Actualizado: GuardarNo es lo mismo ser político que economista. No es lo mismo ser Elena Salgado o Miguel Sebastián que José Blanco o Manuel Chaves.El excepcional recorte del gasto social anunciado el miércoles por José Luis Rodríguez Zapatero ha abierto un debate en el Gobierno sobre cuál es el camino a seguir ahora. Los de la 'intuición' abogan por un varapalo a «los que más tienen». Los de los números, por dejar las cosas como están. Al menos, de momento.
En puridad, fue el propio José Luis Rodríguez Zapatero quien destapó el miércoles la caja de los truenos cuando, en respuesta al portavoz de ICV, Joan Herrera, aseguró que su alma social y su espíritu de izquierdas no se han ido para siempre y que, aunque ése no era el día, «llegará el momento» de hacer una reflexión sobre la «fiscalidad» de los más pudientes. Es más, cuando Herrera con gesto incrédulo, e indignado por el vuelco dado al discurso socialista, preguntó «cuándo», la respuesta del jefe del Ejecutivo, eso sí apenas perceptible, fue «pronto».
No está claro
Qué quería decir José Luis Rodríguez Zapatero por «fiscalidad» no está claro. Pero fuentes socialistas insisten en que sus palabras no implican necesariamente una subida de impuestos y que, en todo caso, «no hay nada decidido» al respecto. La expectativa, aún así, ya está en el aire y el Gobierno se encuentra de nuevo en un escenario que habría querido evitar: la sinfonía del desconcierto generada el pasado verano cuando el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ya habló de exigir un mayor esfuerzo a los ricos para evitar recortes en el gasto y la inversión. Aquello acabó, meses después, en la subida del IVA.
Blanco volvió ayer a la carga y también el vicepresidente tercero, Manuel Chaves. Éste aseguro en la Ser que «a corto plazo» habrá medidas que afectarán a los más favorecidos de la sociedad. Pero pocas horas después, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, negaba que José Luis Rodríguez Zapatero tenga intención de revisar los impuestos de las rentas más altas y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, afirmaba que el asunto «no está encima de la mesa».
La tesis de Economía, la que probablemente se llevará el gato al agua, es que hay que esperar y ver. Es preciso, apuntan fuentes gubernamentales, evaluar qué ocurre con la subida del IVA, que entra en vigor en julio, antes de tomar ninguna decisión. De lo contrario podría lastrarse la recuperación. El Gobierno no descarta que el consumo y la actividad se resientan de alguna manera en el tercer trimestre del año y los técnicos creen que lo prudente es ver si esos efectos se estabilizan o no.
El otoño pasado, además, ya se desecharon medidas como aumentar la fiscalidad de las SICAV, sociedades de inversión, o aumentar el IRPF en los tramos más altos porque lo primero habría supuesto una huida de capitales de España y lo segundo no habría logrado, se justificó entonces, la recaudación necesaria. Se optó así por una medida en absoluto progresiva y que afectaba a todos los ciudadanos con independencia de sus ingresos porque garantizaba mayor liquidez en menos tiempo.
Negociación
En todo caso, la viepresidenta Elena Salgado dejó abierta una puerta a que «en algún momento para el futuro» se cambie de criterio». Las citadas fuentes defienden que no tendría sentido dar un paso ahora en esa dirección, entre otras cosas, por motivos estratégicos. «Si anunciamos algo así en este momento, tal y como están los mercados estos días, el pretendido efecto se nos descontaría de forma inmediata y de manera anticipada y, llegado el momento, cuando de verdad se aplicara la subida nos exigirían más», sostienen los especialistas del Ejecutivo de Zapatero.
Si algo se hace será, pues, en el marco de la negociación de los Presupuestos Generales para 2011. «Tenemos margen porque siempre será algo que afecte al siguiente ejercicio y no a éste», apuntan en la Moncloa. Mientras, la orden es guardar silencio. A pesar de las declaraciones mañaneras de José Blanco y Manuel Chaves, la consigna es frenar cualquier rumor y evitar que la idea de una subida de impuestos se extienda.
Tanto se estaban yendo las cosas de las manos que hacia el mediodía la dirección del Partido Socialista remitió un escrito a sus cargos orgánicos en el que les solicita que «no entren en detalles» sobre el recorte de los sueldos de los funcionarios ni sobre «el establecimiento de un nuevo impuesto a las rentas altas». La decisión de José Luis Rodríguez Zapatero fue tan precipitada que aún hay muchos cabos que atar y la dirección socialista quiere evitar un caos aún mayor que el que ya existe.