CARTAS A LA DIRECTORA

Espejo, espejito mágico...

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si hay un tema importante, básico para vivir bien, es la autoestima. Aprendiendo qué es, su importancia, para qué sirve y cómo podemos elevarla, dejaremos de preguntarle al «espejito» (pareja, padres, hijos, profesores, políticos, líderes religiosos.) sobre nuestra dignidad, valor, belleza, merecimiento, cualidades, defectos. porque el «espejito» no tiene la respuesta. La respuesta está en cada uno de nosotros y es ser uno mismo. Básicamente, autoestima es el grado en que una persona se gusta y aprecia, esto es, tiene sentimientos positivos o negativos de sí y de su valor. Tiene autoestima quien está contento consigo mismo y se cree merecedor de lo bueno de la vida. La autoestima es el pilar básico de la persona y punto de partida para su identidad, desarrollo, relaciones, comportamientos y conductas, afectando a todas las áreas de su vida. La autoestima es máxima al nacer: nos encantamos a nosotros mismos. Aún no tenemos creencias que nos digan lo contrario. Pronto empieza nuestra educación. A partir de ella y de la información que recibimos y de cómo la recibimos, nos vamos creando nuestras propias opiniones respecto a nosotros mismos. Pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que vamos recogiendo en nuestra vida y que nos llevan a un gran error respecto a quienes somos y nuestra valía y, como resultado, a una carencia de sana autoestima o muy baja. De pequeños no pudimos elegir. Ahora sí. Y elegimos desaprender todo lo erróneo y falso sobre nosotros y saber quiénes somos realmente y nuestra dignidad, valor, importancia y merecimiento sólo por el hecho de existir. A fin de construirnos una sana autoestima vamos a establecer los pilares de la misma: el autoconcepto, o imagen u opinión que cada cual tiene de sí. Este se reelabora constantemente ya que depende de las relaciones y circunstancias del individuo. El autorrespeto, indispensable para vivir en armonía con uno mismo y con los demás. El autoconocimiento, es la tarea vital más importante, ya que solo se puede querer lo que se conoce. La autorrealización: Es imprescindible tener conciencia de la propia valía e importancia y asumir el control y responsabilidad de la construcción de nuestra vida. Cuando gozamos de autoestima, tenemos los valores de la misma: Yo valgo por el mero hecho de existir, no por lo que hago o tengo. Yo soy importante, como ser único e irrepetible y Yo soy el creador de mi vida, puedo elegir lo que quiero ser, hacer y tener y respondo de mis elecciones. Recuerda: ámate y ama. Respeta y respétate. Haz contigo como con los demás. Como te tratas, te tratarán.