Producción intensiva y bajo techo

La plantación desmantelada se desarrollaba mediante el sistema de producción intensiva, bajo techo y sin depender de los vaivenes de las condiciones climatológicas. Esta forma de cultivo ofrece ventajas a los productores que quieren traficar con la sustancia y obtener importantes beneficios, teniendo en cuenta que el cannabis es un estupefaciente con un precio bajo de mercado (tres euros el gramo de media para el consumidor) y es rentable cuando la cosecha es grande. Además, al no crecer al sol, no hay tantos riesgos de ser descubiertos. El sistema consiste en reproducir las condiciones de luz y agua que necesitan las plantas a través del riego por goteo y de lámparas que funcionan constantemente. Eso posibilita que el cultivo dé frutos en un tiempo más corto.