La ciudad efímera se esfuma del Real
Numerosos operarios se afanaban ayer en devolver al Hontoria su aspecto original en un tiempo récord El desmontaje de casetas y atracciones se prolongará durante toda la semana
JEREZ. Actualizado: GuardarTras más de una semana de la Feria más larga, ayer fue el turno de los balances, y también del desmontaje. Las únicas personas que pisaban ayer el Real del Hontoria eran los operarios dedicados a estas labores, a los que en los próximos días seguirán los trabajadores de Los Puitos (encargados de la estructura) e Iluminaciones Ximénez.
En total, han sido 222 las casetas que han poblado durante estos días el parque y cuya estructura comenzó ayer a deshacerse. Unas labores que pueden durar entre una tarde y cuatro días, dependiendo del caso. La caseta de Holcim se ubica entre las últimas: «Esto es como un puzzle; por ejemplo, esta tarde (la de ayer, para el lector) abordaremos la parte interior decorativa y mañana (en referencia a hoy) del techo hacia abajo», explicaba el encargado del montaje, Enrique Muñoz.
El trabajo se extiende en turnos de mañana y de tarde para que todo pueda culminarse en el tiempo previsto. Ya mañana miércoles, «se le mete mano a los pilares» y por último el jueves se carga todo el material en cinco trailers hasta la fábrica de Holcim, donde se guardará en una nave hasta el año próximo. «Esto más que una caseta es un cortijo», resumió gráficamente el encargado en referencia a su complejidad. No en vano, Holcim siempre gana el primer premio del concurso de casetas.
Muy cerca se encuentra la caseta del Club Nazaret, que tarda dos días en desmontarse. En el mismo paseo principal, los hermanos de Las Angustias también se afanan en estas labores: «Empezamos la noche del domingo y esperamos terminar esta misma noche», señaló Fran Montilla, hermano mayor. En el caso de Amigos del Canasta, será más rápido todavía, «en una mañana».
Transformación
El escenario del parque González Hontoria aparecía ayer radicalmente transformado. Las miles de personas abarrotando el Real durante más de una semana con sus trajes de gala eran ayer sustituidas por operarios con el mono de faena; de los enganches, jinetes y amazonas, sólo quedaba el rastro sobre el barro; y las copas de fino, rebujito y cerveza se cambian por botellas de agua mineral para espantar la sed.
Los paseos del Real aparecían atestados de camiones. En la zona de los cacharritos, el trabajo también era frenético en el desmontaje de las atracciones.
El escenario donde cientos de niños y adultos se han divertido en las atracciones, tómbolas y demás artilugios de diversión comenzaba ayer a tomar su forma habitual. Es decir, la de la explanada situada en la zona anexa al parque González Hontoria.
Merecido descanso
Ayer era también una jornada de merecido descanso para los hosteleros que han se han empleado estos días sin descanso. Toca el turno de hacer cuentas y ajustar gastos e ingresos.
De este modo, la ciudad retorna a la normalidad después de varios días, donde además se han solapado dos eventos: el Gran Premio de España de Motociclismo y la Feria del Caballo. Es lógico, por tanto, que tras tantas jornadas de fiesta la ciudad tarde más en despertar de una larga resaca.