Juegos entre libro y libro
CÁDIZ. Actualizado: GuardarPríncipes encantadores, dragones de colmillos afilados, monstruos repugnantes, niños con vocación de héroes y valientes corsarios... Un mundo mágico al que los más pequeños acceden sólo con abrir la primera página de un buen libro. Durante estos días, los más pequeños de la casa disfrutan con las aventuras de 'Bat Pat', las andanzas de Kika Superbruja o sus primeros acercamientos a obras clásicas de la literatura o autores como Miguel Hernández, al que se dedica la Feria del Libro de este año. Es fácil ver por el Baluarte a grupos de padres comprando las últimas novedades infantiles a sus vástagos o niños que utilizan sus armas de persuasión para convencer a sus padres de que les agencien un nuevo título para su biblioteca.
No obstante, entre lectura y lectura, los reyes de la casa tiene un capítulo lúdico para disfrutar a orillas del mar y bajo un sol complaciente. La Feria de Cádiz ofrece un gran número de actividades y talleres para los niños. Deportes, manualidades, pintura, cuentacuentos y títeres que harán más fuerte su pasión por la lectura en estos días. La empresa de animación, ocio y tiempo libre Baladre es la encargada este año de entretener a los pequeños con imaginativas propuestas.
Mientras los más mayores recorren las casamatas en busca de bestsellers y obras de culto, los 'peques' practican el hockey, juegan a los bolos o se acercan a deportes tan ajenos a la cultura española como el 'curling'. Para los jóvenes creativos, los monitores ofrecen talleres de mimbre, malabares o pintura. En uno de ellos, una pequeña espera obediente su turno para que le llenen de fantasía el rostro. Delante suya, un niño se deja estampar en las mejillas estrellas, corazones o alegres mariposas. Un poco más alejado, otro pequeño tira a su padre de la chaqueta para que le deje sumarse a la cola.
En el centro del patio, una joven monitora improvisa todo tipo de juegos con una gran tela de colores. El gusano, el paracaídas... Los pequeños se dejan guiar solícitos ante un universo de diversión y color.
Cerca de allí, varios aprendices de ajedrecista mueven por el tablero gigante las enormes piezas. Algunas incluso superan en altura a sus jugadores, que trabajosamente tratan de llevarlas a la siguiente casilla.