Descanso. Las casetas funcionaron ayer a medio gas. :: ESTEBAN
A MI AIRE

NO DESMONTEN EL REAL

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El sábado por la noche y durante el triste domingo de ayer -porque no me negarán lo penoso que es el último día de Feria- no se hablaba de otra cosa que no fuera las posibilidades contantes y sonantes que tiene el Xerez de continuar en Primera División el año que viene. Todo depende ya de la última jornada de Liga y de que el Real Madrid, el Valencia y el Barça hagan lo que tienen que hacer, ganar sus partidos. Los nuestros también tienen que llevarse los tres puntos en Pamplona frente al Osasuna, pero estoy convencido de que van a salir a muerte. En fin, que hay una alegría, un alborozo y un jolgorio entre la gente con esto del fútbol que, al parecer, se quiere proponer al Ayuntamiento que no desmonte el Real de la Feria del parque González Hontoria porque si el sábado que viene el Xerez sigue en Primera. entonces es cuando va a haber fiesta de verdad. No es mala idea porque todo el mundo va a recuperar unas ganas de juerga y jarana con ese notición y si dejamos las casetas montadas nos ahorramos el trabajo de tener que poner todo patas arriba de nuevo. Veremos cómo se toma la propuesta la delegada de Fiestas del Ayuntamiento, Dolores Barroso. Y ya que estamos con las peticiones, yo me aventuro también a dar otra idea para acabar con la tristeza que inunda la Feria del Caballo el último día, cuando no queda casi nadie y el Real languidece envuelto en un ambiente nostálgico y evocador de esos días tan buenos que han quedado atrás. Hay que recuperar la festividad del Lunes de Resaca. Creo que está muy claro que se trata de una reivindicación popular largamente esperada en el tiempo y que -atención políticos- el que la lleve a efecto se ganará al electorado para los próximos tres lustros, como mínimo. Si tuviéramos el Lunes de Resaca instituido como santo santorum de nuestro final de fiesta nos ahorraríamos la pena honda de produce el segundo domingo de Feria. Todo el mundo iría a la Feria del Caballo a sabiendas de que, pese a ser el último día, el lunes se podría descasar a pierna suelta. A quien hay que pedirle que este deseo se haga realidad. ¿Al Gobierno? Bueno, pues vamos a ir ya moviendo los hilos y actuando con inteligencia. Por ejemplo, el año que viene la Feria se la dedicamos a León, para que Zapatero esté contento y venga y lo podamos llevar al Disco Rojo y a Los Gallos y a la caseta de la CGT o a los Casi Treinta y viva él en sus propias carnes lo que es la Feria de Jerez. Que él vea que no estamos pidiendo ninguna tontería. Si lo hacemos, tenemos el Lunes de Resaca concedido por Real Decreto al día siguiente. Por esta idea no voy a cobrarle nada al Ayuntamiento, pero vamos, que tengo que estar en todo.

Por otro lado, hoy quería contarles mis últimas horas en el Real. Después de yo no sé el tiempo volví a pisar la calle del infierno, los cacharritos. Me dio la sensación de que el tiempo se había parado en este lugar. Allí seguían, por supuesto, los tropezones -también conocidos por algunos como 'trompezones' o coches-choque- pero es que también estaba el látigo, la olla -que ahora en un alarde de modernidad se llama la súper cazuela cachonda- el gusano loco, los patitos y dos grandes entre los grandes, la montaña del terror y las carreras de camellos. No me pude resistir a ninguna de las dos. En las carreras obtuve un papel discreto -decimoséptimo de dieciocho participantes- pero me reí como nunca. Diez años después ahí seguía el mismo tipo del micrófono, el mismo, y diciendo las mismas cosas en plan «Avanti tutti a tutti moloni» y cosas de ésas. Y creo que los regalos que antes tanto me llamaban la atención seguían también siendo los mismos. Era como el escaparate de un chino. No había nada en condiciones si exceptuamos, claro, al gato dorado que mueve la mano arriba y abajo y que te mira fijamente. Yo, que estaba antojado por conseguirle una yogurtera a la del traje negro con lunaritos blancos de la que hablé hace unos días, y nada. No pudo ser. Lo de la montaña del terror lo dejaré para ocasiones futuras porque merece de una tesis científica. Para empezar, ni es montaña ni da terror. Bueno, la verdad es que por lo que ofrecen es un poco terrorífico pagar tres euros por barba. De ahí será lo del terror.

Ha sido, no cabe duda, una gran Feria del Caballo. Si el Xerez permanece en Primera y volvemos de nuevo al Real dentro de una semana aquí estaremos de nuevo para contarles todo lo que suceda. Un fuerte abrazo.