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«Había un muro pero salimos ganadores»
«Hemos generado una ilusión tremenda y no podemos ni queremos reprimir la euforia», avisa el madrileño antes del tramo más decisivo Quique Sánchez Flores Entrenador del Atlético de Madrid
MADRID. Actualizado: GuardarA los 45 años y después de seis como entrenador de elite, el madrileño Quique Sánchez Flores afronta dos finales impensables cuando hace poco más de medio tomó las riendas de un equipo roto, llamado a luchar por la permanencia y peleado con una afición que ahora se pasa la noche en vela en busca de entradas, rememora el doblete del 96 y sueña con Neptuno. Mantuvo al Getafe con holgura, clasificó dos años seguidos a su Valencia del alma a la 'Champions', ganó la Copa de la Liga de Portugal con el Benfica y ahora disfruta de un Atlético transformado. Se sincera en la jornada de puertas abiertas exigida por la UEFA de cara a la final de Hamburgo y evita hablar de su enigmático futuro.
-¿Se trata del punto máximo en su carrera o de un escalón más en la trayectoria de un entrenador?
-Todos los progresos hay que hacerlos de forma sostenida pero, posiblemente, éste es uno de esos momentos en los que la historia te prepara un paso al frente y hay que intentar darlo. He pasado por los clubes cumpliendo objetivos, diferentes e importantes, pero entiendo que llegan otros días. Tengo las mismas ganas de ser campeón que los jugadores, el club y los aficionados pero no pensando en lo personal, que de verdad queda muy al fondo, sino en poder disfrutar de la alegría general.
-Cuando reemplazó en octubre a Abel Resino, parte de la afición mostró recelo por su pasado madridista. Hoy, en cambio, piden a gritos su continuidad. ¿Se ha empapado tanto de la idiosincrasia rojiblanca como para sentir ya el 'Atleti' como algo suyo?
-Es una realidad. He sufrido mucho por este equipo, por sus jugadores, por poder brindar a la afición lo mejor posible, y eso se traduce en la forma en que uno se acaba comprometiendo con el club. Mi caso puede suponer un ejemplo para mostrar que el pasado no deja de ser mera anécdota. Lo más importante de un entrenador o de unos jugadores es el nivel de responsabilidad que puedan alcanzar.
-¿Además de afanarse en el trabajo diario, cómo se puede convertir el caos en un equipo organizado y disciplinado?
-Con paciencia por parte de los aficionados, muchísimo trabajo de los jugadores y enorme voluntad para creer en lo que no se ve, con mucha fe. Había un muro casi insalvable que te puede frenar o servir para medir la intensidad con la que uno se apasiona para vencer los obstáculos. Hemos salido ganadores frente al sufrimiento.
-Y salvo Tiago, que no juega en Europa porque no está inscrito, y Salvio, apenas utilizado, los jugadores son los mismos.
-Siempre he defendido y, ahora es buen momento para recordarlo, que creía en esta plantilla. Pensaba que un equipo que había sido dos veces 'Champions' no podía ser malo y sólo hemos recuperado los valores de cada jugador. Antes alcanzaron cosas importantes, con Abel y con Aguirre, y hoy están en puntos importantes. Jugamos a cosas diferentes pero no pasa nada. Me congratula y satisface. Hemos generado una ilusión tremenda y ése era el objetivo.
-El potencial ofensivo del Atlético reside en el Kun, en Forlán y desde su llegada también en Jurado, además de los extremos Simao y Reyes. Antes, cuando una de las dos estrellas comenzaba en el banquillo, las críticas arreciaban. Ahora, sólo se habla de rotaciones.
-Me alegro porque es cierto que aquí los cambios en la parte ofensiva siempre generaron polémica. Está muy bien que cuando juguemos con Jurado todos pensemos que actuamos con otro delantero capaz de generar fútbol para el equipo, no sólo de marcar goles. Me parece fenomenal que dentro del volumen alcanzado por todo el equipo determinadas figuras se hayan prestigiado. Abre las puertas a más recursos y mejor utilizados.
-Filas inmensas ante las taquillas del estadio, desplazamiento masivo a Hamburgo...La parte táctica es controlable, pero ¿es posible frenar la euforia?
-Trabajamos para generar felicidad, no disgustos, y ver el estado actual del mundo atlético supone una oportunidad maravillosa que nos ha brindado la historia. No podemos reprimir la euforia, ni queremos. Deseamos que existan muchas ganas de ver al equipo, de adquirir entradas. Todo esto nos lleva a tomar conciencia, por si acaso no lo sabíamos, que creo que sí, de lo que supone el Atlético, lo que mueve y los sentimientos que es capaz de generar. Estamos súper agradecidos a la gente que se tira la noche en la cola y también al último atlético que no puede ir a la final. Hace cinco meses dije que íbamos a necesitar mucha ayuda de los nuestros y siempre les hemos sentido siempre muy cerca.
-¿La final europea será un duelo de banquillos entre usted y el veterano Roy Hodgson, de quien una institución como Ferguson dice que se merece ser distinguido como mejor entrenador de la 'Premier'?
-Hodgson tiene un pasado extraordinario. Lo último que intenté investigar de él fue con los compañeros de la RAI y me hablaron muy bien de su pasado en el Inter. En Inglaterra es toda una institución y entiendo que maneja bien los diferentes caminos para llegar al éxito. Si el Fulham no tiene enormes individualidades y sí un gran colectivo es porque está haciendo muy bien las cosas. Le respeto mucho y me apetece siempre enfrentarme a tipos que tienen gran historia y gran control de las situaciones. No puedo disimular que me encantan los partidos grandes, que me gusta prepararlos y que me dejan mucho más tranquilo. Espero que Atlético derrote al Fulham, no Quique a Hodgson.
Estilo inglés
-¿Qué tipo de rival se espera? ¿Cómo juega el Fulham?
-Le respetamos mucho. No se sale del estilo inglés. Juega muy directo y con una línea por detrás de Bobby Zamora con talento. Sospechamos que cuando un equipo llega a la final, y más con los rivales a los que ha eliminado, es porque posee herramientas que utiliza muy bien. Estamos en la obligación de no subestimarlos sino al contrario. Presentaré a los jugadores al Fulham realzando e incluso magnificando todos sus recursos. Pero debemos pensar en cómo hacer lo nuestro lo mejor posible.
-¿Están preparados para afrontar un partido roto?
-Es difícil imaginárselo por el estilo de ambos y por tratarse de una final. El Fulham llega rápido a campo contrario pero no se suelta delante, no se separa del resto de la estructura. Es un bloque muy armado y nosotros creo que también. Me cuesta poder ver un partido roto, pero si hay muchos goles, ganamos y el público disfruta, fantástico. Creo que todo será mucho más medido y tendremos que aprovechar un talento que les puede hacer daño. Intentaremos que el partido vaya por ahí.