EL RAYO VERDE

CONSPIRACIONES

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Hubo un tiempo en que existía en el periodismo un área de especialización, los expertos en corrientes internas del PSOE, que eran algo así como los 'kremlinólogos', mezcla de plumillas y conspiradores, adiestrados en el arte de interpretar hasta la intensidad de los abrazos o los milímetros de una sonrisa. Pues bien, ahora han vuelto, como el 'flower-power' o las rayas marineras, animados por el exceso de oferta de noticias en el aire y por la demanda de los cenáculos. El tema da juego y tiene su público, sin duda, pero también dos enormes peligros. El primero, convertirse en un diálogo entre élites que olvide el interés del común de los mortales: Es cierto que en esto de quién se pone dónde y quién quita a quién hay un juego de ambiciones personales de escasa relevancia, cuando no sórdido y pedestre, pero también lo es que en el momento actual la bronca entre los socialistas tiene repercusiones insospechadas en asuntos de ámbito general que conviene conocer. De hecho, una de las lecturas que puede hacerse del revés que el Consejo Social de la Universidad ha dado a la escuela de enfermería de Villamartín es la patada propinada por los críticos a González Cabaña, que enseguida hizo un comunicado para defender de nuevo la propuesta de Pascual dentro de una estrategia mayor: intentar no perder más votos en la Sierra gaditana. La comarca, gravemente azotada por la crisis, no se le puede ir de las urnas a los socialistas, cuyas perspectivas electorales, como se sabe, van a la baja. Mayor aún es la consecuencia del «cisma» del congreso extraordinario andaluz en asuntos de la 'gobernanza'. Varios responsables municipales han podido constatar en sus carnes que es verdad que las ventanillas de Sevilla se han cerrado para los gestores socialistas gaditanos en tanto no cambie la ejecutiva provincial. Así están las cosas.

El segundo peligro de esta especialización periodística reside en ser utilizado para los intereses particulares de uno u otro grupo. De hecho, pienso que no hay nada peor que te elogien un artículo. Puede ser que beneficie a alguien.

Entre tanto, estalla el pacto entre PP y PA en San Fernando, dentro de una estrategia calculada de los populares para ocupar el espectro de los andalucistas, con Antonio Moreno como previsible cabeza de cartel. La incorporación del ex-alcalde isleño levanta ampollas en las bases del Partido Popular, aunque la dirección cree tener en él una firme oportunidad de ganar la alcaldía y también se enorgullece de habérselo arrebatado al PSOE, que lo habría «pretendido». Sin embargo, en el bando socialista se cuenta otra historia: Moreno se ofreció en busca de un puesto -¿o sueldo?- en una empresa pública, y cuando estaba a punto de conseguirlo, porque en el partido se vio bien la posibilidad, llegó el PP con su promesa de devolverlo a la alcaldía. Sea cual sea la verdad, Moreno queda tan mal parado como los demás.

La conspiración es ahora la ley. Lástima que no aparece nadie como George Smiley, o cualquiera de los otros héroes de Le Carré que luchan por mantener su integridad moral en un mundo cada vez más inmoral.