![](/cadiz/prensa/noticias/201005/09/fotos/2317423.jpg)
Rajoy culpa al Gobierno de instalarse en «el no hacer nada»
Acusa a Zapatero de «incapacidad», «improvisación» y de conformarse con que España «no sea Grecia»
VALLADOLID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy contrapuso ayer en Burgos el interés del Partido Popular en salir lo antes posible de la crisis económica con lo que considera una inactividad del Gobierno socialista, a quien acusó de centrar todo el empeño en diferenciar la situación de España de la de Grecia, pero sin adoptar las medidas necesarias para solucionar los grandes problemas del país: paro y déficit público. «Este es un Gobierno instalado en el no hacer nada», lamentó Mariano Rajoy, quien reiteró a lo largo de su intervención que los populares no se resignarán a aceptar que el nivel del paro alcance al 20% de la población y el déficit se sitúe en el 11,2%. «No me voy a resignar a eso y haré todo lo que esté en mis manos para que no se vuelva a repetir en la historia», proclamó.
«En España hay una alternativa», declaró Rajoy, tras recurrir a una serie de descalificaciones sobre la gestión de Zapatero -«incapacidad, improvisación, chapuzas y maquillaje»- y acusarle de gobernar «a tontas y a locas», sin ningún plan a medio y largo plazo. Sin embargo, en contra de lo hecho durante la semana por dirigentes populares, no hizo reclamación alguna sobre la necesidad de un adelanto electoral. El presidente nacional del Partido Popular clausuró la convención del PP en Burgos con una intervención plagada de alusiones a la situación política nacional, aunque su verdadero objetivo fue el presidente del Gobierno, como se evidenció en la anécdota del mitin. Rajoy recuperó inmediatamente un folio que se le traspapeló en el atril reconociendo, en tono jocoso, que «no se puede quedar en el suelo en ningún caso porque ésta es la parte que se refiere a Rodríguez Zapatero».
El líder de la oposición se refirió a la reunión del pasado miércoles en el Palacio de la Moncloa para relacionar sus peticiones con las realizadas por el Consejo Europeo. Rajoy planteó tres prioridades al presidente: elaboración de un plan con explicaciones a los ciudadanos, reformas laborales y energéticas, y reducción del déficit público, porque «es el origen del problema de Grecia y nos puede llevar a la catástrofe». El presidente nacional del PP lamentó la respuesta negativa que le dio el jefe del Ejecutivo. «Y luego dicen que nosotros no queremos pactar», espetó.
Sin embargo, se congratuló de que el viernes, «en el Consejo Europeo, le dijeron a Zapatero lo mismo que yo en la Moncloa; le hicieron allí los deberes». Rajoy anunció que el PP ayudará al Gobierno si «cumple los deberes» y establece un plan riguroso para reducir el endeudamiento, que en la actualidad alcanza el 11,2%.
Además del preocupante incremento del déficit público, los cuatro millones y medio de parados constituyen una cifra «inaceptable» para el principal partido de la oposición. Rajoy recordó la creación de empleo que se produjo en los periodos de José María Aznar en la Moncloa, con seis millones de puestos de trabajo nuevos desde 1995 y lamentó que ahora en España de cada 100 jóvenes 45 no puedan trabajar. Para el ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro esto supone «secuestrar» la energía de las nuevas generaciones, que quedan frustradas por no poder ejercer su papel en la sociedad actual. «El PP no se va a resignar», exclamó el máximo responsable del partido.
«Ha cosechado lo que ha sembrado, pero los sufridores somos todos los españoles», añadió Rajoy, para descalificar la «infinidad» de errores cometidos por el PSOE -como negar la crisis económica- y la «hiperactividad» de las medidas anunciadas en los últimos meses sin ningún resultado positivo. «No hay nada peor que la ausencia de reglas de juego», subrayó.