Elena Anaya y Natasha Yarovenko, en una escena del filme. :: EFE
Sociedad

«Si nos hacen iconos lésbicos, estupendo»

Julio Medem desnuda mental y físicamente a dos actrices para mostrar amor y sensibilidad a raudales Elena Anaya Actriz

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Elena Anaya (Palencia, 1975) se atreve con todo. Después de hacer 'Frágiles' con Balagueró y 'Hierro' con Gabe Ibáñez, es normal que no sienta miedo de trabajar con Julio Medem. Ya lo bordó a sus órdenes, hace 10 años, en 'Lucía y el sexo'. Hoy es una de las actrices nacionales más versátiles. «Me esfuerzo por escapar de esa enfermedad llamada encasillamiento», reconoce. Tiene la suficiente templanza para lidiar con lo que haga y en 'Habitación en Roma' lo demuestra: pasa más tiempo desnuda que vestida.

-¿Te preocupa que el público sólo se quede con lo carnal?

-Por la experiencia en el Festival de Málaga, no. En el pase con público que he visto me dio la sensación de que le gente entró en la película. Sí, hay un alto contenido erótico, aunque el filme no va de eso. Habla del amor, del encuentro fortuito de dos mujeres que hace que sus vidas cambien para siempre. Las escenas de sexo están ahí, pero como en un trasfondo.

-Todo lo que vemos sucede en una habitación de hotel, en una noche. ¿Cómo se hace para transmitirle al espectador todo el pasado de esos personajes?

-Todo es trabajo previo. De las nueve semanas de ensayos, un mes entero fue para preparar el pasado de nuestros personajes. Julio nos pidió que los escribiéramos nosotras. Él nos iba dando pautas y correcciones y al final varió la ultima versión para incorporar lo que Natasha y yo aportamos a la historia.

-¿Conocías el pasado que se había preparado Natascha?

-No, además tardamos mucho en encontrar a Natascha en el casting y Julio ni siquiera nos dejó ensayar juntas. Acertó de pleno. La peli dura una hora y media y la acción diez horas, casi todo está rodado por orden cronológico y a buen ritmo para tener un seguimiento de lo que has vivido en el momento previo para que ligue con la escena posterior.

-La película es un remake de 'En la cama', una producción chilena, de Matías Bize.

-Yo desconocía el filme. Cuando hablé con Julio lo primero que pensé fue en comprarla y verla. Me dijo que no lo hiciera, que estaba muy bien hecha y que no tenía sentido hacerla otra vez.

-'Habitación...' no habla de sexo,

pero es lo primero que llamó la atención. Tampoco trata sobre la homosexualidad, pero llevas camino de convertirte en un icono lésbico.

-A mí me parece muy bien que se haga una película sobre dos mujeres. Es un amor que existe desde antiguo y no está demasiado reconocido. Habrá muchas mujeres que les guste verla y gustará también a los hombres, independientemente de su manera de pensar. Si nos hacen iconos lésbicos, estupendo, no tengo inconveniente. Sólo se reivindica el amor.

-'Lucia y el sexo' te abrió las puertas de Hollywood. ¿Qué consecuencias tendrá esta?

-Nunca pienso en las consecuencias. Muchas películas me han traído cosas muy buenas, y no sólo a nivel profesional. Este es el trabajo que más ha pedido de mí y creo que he sabido estar a la altura de Alba, mi personaje, y de Julio, que me ha exprimido al máximo.

-Dicen que la experiencia americana no te gustó mucho.

-No es que no me gustara. Sigo abierta a trabajar en Estados Unidos. Hace poco que he rodado una producción canadiense, pero no todo tienen que ser superproducciones.