El difícil ejercicio de la responsabilidad social
Actualizado: GuardarTras la lectura de la Carta a la Directora de D. Salvador Pascual Sánchez-Gijón, publicada el pasado 3 de Mmayo en relación con la apertura de un Centro Universitario de titularidad privada en las dependencias de una Residencia Geriátrica en Villamartín, considero necesario dirigirme a usted con objeto de contestar a algunas afirmaciones erróneas. Según expresa el Sr. Pascual Sánchez-Gijón, «el rector de la UCA sostiene como argumentos para no conceder la adscripción que no son necesarios profesionales de Enfermería y por otro lado que la Empresa Pascual no va a cumplir con las exigencias de Bolonia». En este sentido debo aclararle, en primer lugar, que no es el rector sino el Consejo Social previo informe del Consejo de Gobierno quien debe proponer la autorización de la adscripción a la administración autonómica competente. En segundo lugar decirle que la Consejería de Salud y el Consejo General de Enfermería coinciden en que no es necesario aumentar el número de plazas en formación, lo cual no anula pero tampoco justifica la creación de nuevos centros docentes. En tercer lugar, en relación a las exigencias de calidad de profesorado requeridas para autorizar el nuevo centro, el Sr. Pascual las conoce y sabe que actualmente no las cumple.
Resulta cuando menos curioso que el Sr. Pascual fundamente la calidad de su Memoria en el hecho de que «ha copiado los protocolos de la UCA». Copiar un proyecto no significa ni mucho menos tener capacidad para abordarlo. Resulta asimismo llamativo que el Sr. Pascual señale que el Centro de Villamartín cuenta con cuatro hospitales en la provincia para realizar las prácticas. Porque si eso significa que los alumnos, después de pagar el costo de su formación en el centro privado de Villamartín, van a terminar realizando sus prácticas fuera de la Sierra (esto es, en Cádiz, El Puerto o Sanlúcar), podría afirmarse que para ese viaje no necesitamos más alforjas. También resulta sorprendente que se acuse a la Universidad de no disponer de convenios de colaboración con universidades europeas o americanas. El Sr. Pascual desconoce que mantenemos múltiples convenios con Universidades de países como Finlandia, Italia o Portugal y un largo etcétera. De hecho, yo mismo me desplacé, el mes pasado, a la Universidad de Villanova, en el Estado norteamericano de Pensilvania, para renovar importantes acuerdos que desarrollamos desde hace años en el área de la formación en Enfermería.
Otros muchos hechos y datos objetivos, imposibles de relatar en el espacio destinado a una Carta a la Directora, justifican las decisiones que han tomado los diversos órganos de gobierno de la Universidad de Cádiz en relación a la solicitud de la empresa Pascual. Decisiones que no han sido fáciles y que han reportado, y reportan aún hoy, al Rector de nuestra Universidad un trato mediático ciertamente injusto. Pero, como decía en el encabezado de esta carta, asumir la responsabilidad social que tiene la Institución Universitaria con su entorno es, a veces, un duro y difícil ejercicio. Determinados escritos me hacen recordar aquella famosa frase de D. Antonio Machado: «¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela».