TACÓN Y CUÑAS

Para completar el vestuario de flamenca son imprescindibles los zapatos. Aquí no cabe, aunque creo que no hace casi falta decirlo porque todo el mundo lo sabe, ni el boto ni la zapatilla de esparto convencional.

La que pueda llevar tacón que lo lleve porque estamos en una fiesta y vamos vestidas de gala. Ahora en la moda existe la cuña, que es lo ideal porque lleva el alza de un tacón pero sin la incomodidad que supone. Hay unos tipos de cuña, hechas en rafia, de grandes firmas como Castañer que no son espartos y son maravillosos. Creo que lo ideal son las sandalias de cuña para ir con altura pero sin el sacrificio del tacón pero quien pueda aguantar el tacón de toda la vida, que lo lleve, porque va mejor.

Otra cuestión es el color del calzado. Una regla básica es que nunca puede llamar más la atención que el vestido. Si se encuentra un zapato del mismo color que el resto del conjunto, estupendo. Pero si no, suelo recomendar a mis clientas que busquen un tono neutro: color piel, bronce o visón, que no llame mucho la atención.

Tanto o más que el zapato, la flor en el pelo pone el broche al conjunto. Las flores naturales no sirven porque al rato de salir de casa, con el calor, se estropean. Deben ser flores artificiales pero con diseños y colores realistas, sin fantasías. Este año he trabajado adornos de geranios, que son muy andaluces, y de peonias, con distintas tonalidades de color para los pétalos y las hojas, de forma que resulte muy natural.