Avanti a tutti, a tutti jorobi
La Calle del Infierno debe su nombre al infierno que pasan los padres al ver cómo los billetes salen de sus carterasYo soy de las Carreras de Camellos, ahí soy un auténtico hacha y me encanta el grito del 'speaker'
JEREZ. Actualizado: GuardarDora la exploradora y Bob Esponja son los grandes protagonistas en la Calle del Infierno en la edición de este año. Lejos quedan ya, muy lejos, aquellos perritos piloto y aquellas chochonas. Dios mío de mi alma, me estoy dando cuenta que soy más viejo ya que una cancela. Otra cosa que he comprobado en mi vueltecita por los cacharritos y tómbolas es que las segundas se han adaptado a las nuevas tecnologías y los métodos para conseguir un premio se han modernizado notablemente. Dense un paseo por la 'hell street' y compruébenlo.
La Calle del Infierno debe su nombre al infierno que pasan los padres de los niños al ir viendo cómo los billetes salen de sus carteras más rápido que inmediatamente. Papá me quiero montar allí, papá quiero un Bob Esponja, papá una más porfi, mira papá este cacharro es nuevo, vamos a montarnos, papá tengo sed, papá que no, que no, que no nos vamos, papá quiero un helado, papá, papá, papá, papá, aaaahhhhhhhhhhhhhhhh. Bueno pues eso, que la Calle del Infierno es el paraíso para los peques de la casa, pero una auténtica tortura económica para los progenitores.
Este año he podido comprobar que hay una atracción nueva. Se llama Hotel y tiene una fachada muy chula, pero no tengo ni idea de en qué consiste lo que ocurre después de haber pasado por caja para entrar en el Hotel. Ya les informaré si tengo la osadía de probar en mis carnes su calidad en lo que a hospedería se refiere. De todas formas yo no he sido nunca de montarme en atracciones y cacharros, que con sólo verlos desde abajo me dan vértigo y causan en mí una sensación más desagradable que el flatito de la niña del exorcista.
Recuerdo que una vez, en mis años mozos, cuando aún peinaba dorados rizos de color maíz azotado por el viento, que llegué a la Feria y enseguida me subí con un grupo de amigos del instituto en La Nube. Bien, nada más bajarme, me fui para casa y me acosté. Lo pasé peor que Falete en un restaurante vegetariano. Cuando bajé de La Nube tenía más mal aspecto que una pelota embarcada. Yo soy más de probar mi suerte en lanzar las pelotitas a una portería donde un muñeco que hace de guardameta se mueve de lado a lado del arco, pero sobre todo soy de las Carreras de Camellos. Ahí soy un auténtico hacha. Bueno, todo lo hacha que el que le da a los botoncitos de control me dejara ser. Me encantaba el grito del 'speaker' de estas carreras que decía siempre: «Avanti a tutti, a tutti jorobi». ¿Cutre, verdad? Pues a mí me encantaba.
El vino fino no me entra bien. Eso sí, con refresco de lima limón, osease, Seven Up o Sprite, soy capaz de bebérmelo como si de un fregadero me tratara. Está tan fresquito y tan dulcecito que parece zumo. Pero claro, al octavo vaso de rebujito no veas el colocón que cojo, que la Feria me da más vueltas que un manco en una barca. Tras el rebujito, los serranitos, las tortillas, pimientos fritos y demás 'delicatessen' feriales, pasamos al digno mundo de los cacharritos. No, no es que me vaya a la Calle del Infierno a subir a las atracciones, estos cacharritos son los que llevan en su interior coca cola aliñado. La especia que uso para el aliño es el ron. Tras el superávit de rebujito en mi sangre, le añado tres o cuatro cacharritos y no veas la de tonterías que pueden salir por mi boca. Tonterías digo y hago cuando estoy más fresco que el pan Bimbo, pues imagínense cuando estoy así medio piripi o piripi entero.
Bueno, amigas y amigos, nos vemos en el Real un nuevo día. Yo ya iré hoy con mi tercera camiseta de las que elegí para acompañar a mis vaqueros y a mis zapatillas de Feria. El ambiente en el González Hontoria se va caldeando por momentos y los días grandes se van acercando, aunque para mí un día en la Feria es grande sea el día que sea. Hoy intentaré ganar una carrera de camellos para poder llevarle a Dora la exploradora a mi sobrina Paula, que es una enamorada de esta muchacha y de su mono Botas. También le gusta mucho Bob Esponja, sí, el que vive en una piña debajo del mar. Aplauso enorme para todos. Gracias por venir y volved cuando queráis.