El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ayer, durante un acto público. :: EFE
Miguel Ángel Fernández Ordóñez | gobernador del Banco de España

«No hagamos reformas insuficientes»

El Banco Central Europeo también acude en auxilio del país heleno y aceptará sus títulos como garantía de los préstamos El Banco de España pide aprender la lección de la crisis griega

MADRID. Actualizado: Guardar
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La gran lección que España debe extraer de la crisis griega es que si las reformas las hacemos de forma rápida, pero son insuficientes, volveremos a tener problemas. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aprovechó la presentación del portal de educación financiera para lanzar este mensaje. «España dista muchísimo de ser Grecia», afirmó, pero tiene que aprender de esta durísima experiencia. No basta que las medidas se tomen con prontitud, como han reclamado desde los sectores empresarial y financiero. Lo importante es que las reformas no se queden cortas. «Tenemos que quitarnos obstáculos en la reforma laboral», añadió, para matizar que este cambio sólo significa «acercarnos a lo que ya tienen los demás países».

Fernández Ordóñez marcó distancias respecto al país heleno. Defendió la seriedad de la estadística española, y aunque reconoció la importancia del «problema fiscal», evocó que «muchos grandes países quisieran tener nuestra proporción de deuda respecto al Producto Interior Bruto», al tiempo que destacó la distancia de tres puntos porcentuales que obtiene España en oportunidades de inversión.

La Eurozona y el FMI aceptaron este domingo ayudar a Grecia con 110.000 millones de euros desde ahora hasta 2012. Ahogado por una deuda de 300.000 millones, el Gobierno de Atenas se ha comprometido a aplicar medidas de rigor adicionales para ahorrar 30.000 millones de euros en tres años. Afirmó el gobernador del Banco de España que «es un buen programa, ambicioso y correcto, y por eso lo hemos recomendado los miembros del sistema de bancos centrales». Explicó que sus repercusiones, en forma de dar tranquilidad a los mercados, podrían retrasarse algunos días.

La ayuda del BCE

Que los bancos centrales alientan el esfuerzo griego quedó muy claro ayer, cuando el Banco Central Europeo (BCE) anunció un giro radical en su política de crédito, aceptando las obligaciones griegas, sea cual sea su calificación, como garantía a cambio de préstamos a los bancos de Grecia. La decisión no fue una sorpresa. La habían anticipado algunos expertos.

No obstante, la adopción de esta medida supone una marcha atrás en los enunciados más tajantes de la autoridad monetaria. En enero, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, declaró a la prensa: «No cambiaremos nuestro sistema de colaterales por el bien de un país en particular». Ahora revisa este criterio, porque los títulos griegos corrían el peligro de ser eliminados de la lista de garantías que el BCE acepta a cambio de sus préstamo y los bancos griegos, que tienen la mayor parte de la deuda soberana del país, dependen en gran medida del BCE para refinanciarse.

Los mercados recibieron con cautela el rescate griego. El interés del bono de este país se redujo desde el máximo histórico del 11% hasta el 8,5%, pero las bolsas de valores optaron por la prudencia. La Bolsa de Madrid cedió 69,4 puntos, equivalentes al 0,66%, hasta situarse en 10.422, y los títulos bancarios estuvieron entre los más perjudicados. El Dax 30 de los principales valores de Francfort, por el contrario, cerró con ganancia del 0,51%, y la Bolsa de París lo hizo con un avance del 0,3% en un mercado bastante tranquilo.

Los países socios del euro se aprestan, mientras tanto, a activar el mecanismo de auxilio a Grecia. En España, la vicepresidenta económica dijo que la aportación nacional, 9.792 millones en los próximos tres años, con desembolso máximo de 3.672 millones en el actual ejercicio, es una cantidad que nos podemos permitir, y que sólo supondrá realizar una emisión más, porque Grecia «va a ir pidiendo el dinero poco a poco».

El consejo de ministros alemán, el país más reticente, adoptó ayer, en una sesión extraordinaria, el acuerdo que permitirá activar la contribución germana. A través del banco público KFW saldrán 8.400 millones de euros con destino a Atenas, pero aún falta la aprobación, esta misma semana, de la Cámara Baja del Parlamento, que procederá a su examen en tres lecturas, antes de votarlo. La Cámara Alta tiene previsto reunirse el viernes.