MOTORADA 2010

Afición a las dos ruedas con muchos matices

Muchos vienen a disfrutar de la prueba deportiva y otros de la Motorada, y se alojan en diferenteas puntos de la localidad; Visitantes veteranos y novatos, de todas las edades y rincones, se dan cita estos días en la provincia

JEREZ / EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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A todos ellos les une la afición a las dos ruedas, pero poco más. Jerez y El Puerto se convierten durante estos días en dos espacios donde confluyen visitantes de todos los puntos de la geografía española. Vienen a disfrutar de la fiesta, pero también de la prueba deportiva. Están los que se alojan en casa de familiares, los que se decantan por campamentos, quienes pagan un hotel de lujo y hasta los que tienen piso propio en Jerez o su entorno.

Un caso paradigmático de gran aficionado es el de Juan Ramón Guardia, de Torre del Mar (Málaga): «Llevo 17 años viniendo consecutivamente y la verdad es que estoy de acuerdo con que cerraran la ciudad a las motos, porque ahora hay más control y seguridad». Este año, de hecho, «el ambiente es magnífico, se mejora cada año, y encima coincide con la Feria de Jerez».

Otros, como Raúl Paredes, ha optado este año por dejar la moto en casa. «Es la primera vez en 20 años que lo hago. Por un lado, a mi mujer le da miedo, pero por otro, hay tantas medidas de seguridad que vas continuamente cohibido». Raúl ha venido con sus amigos desde Madrigalejo, y vive la Motorada en El Puerto, pero se aloja nada menos que en Las Cabezas. «Nos pedían 600 euros de alquiler por tres días, y sólo veníamos para una noche». Su momento de diversión no es óbice para que se olvide de los que se han quedado en el pueblo. «Esta Motorada se la dedicamos a nuestro amigo Óscar, que tiene un esguince». Fosco Valimaña es todo un clásico en la portuense Ribera del Marisco y vive la fiesta a través de su Club de Vehículos Históricos. Este año han sido 45 las motos de marca españolas de los años 30 y 70. «Cada año es menor la cantidad de moteros que vienen a El Puerto y es una pena». Bien distinto es el caso de Jesús Verduga, que ha venido desde Santander por la Ruta de la Plata. Ha venido tres veces, la primera hace 25 años, estrenando el Circuito. «Esto era una locura, con todo el mundo a una rueda por las calles».