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Los bares llenan sus neveras
Los negocios de la avenida de Arcos se aprovisionan ante la avalancha de moterosLos hosteleros de algunas zonas prevén multiplicar por cuatro sus ventas, mientras que los del centro son más escépticos
JEREZ. Actualizado: GuardarLos bares y negocios situados en la zona de máxima afluencia motera se beneficiarán económicamente de la avalancha provocada por el Gran Premio, que todos los años atrae a miles de personas a la ciudad. Hay que recordar que, tras las restricciones impuestas en el pasado, en esta edición se volverán a abrir todas las calles al tráfico. Sin embargo, el optimismo no es el mismo en todas las zonas de Jerez, y la situación fluctúa desde los que piensan que cuadruplicarán sus ingresos hasta los que se muestran escépticos.
Los primeros son, por lo general, los negocios situados en la avenida de Arcos. Los moteros se guían por el recuerdo que les trae uno de los eventos más importantes desde el punto de vista turístico, y en ese imaginario ésa es la zona que aparece abierta al tráfico. En cuanto a los que apenas se han aprovisionado para recibir la Motorada, están los bares del centro, que desconfían de que el mensaje de apertura total haya llegado a todo el mundo.
Válvula de escape
José María Fernández, propietario del bar Las Cocheras en la avenida de Arcos, ha sido uno de los principales beneficiados por la marea humana otros años. Hay que tener en cuenta que, cuando el casco urbano estaba blindado, la válvula de escape de buena parte de los visitantes era esta zona de la ciudad.
«Nos estamos preparando con fuerza y ya hemos traído bastante material, pero será sobre todo a partir de mañana (hoy, para el lector) cuando vaya llegando todo», señaló el dueño de Las Cocheras. José María Fernández ha aprovisionado su negocio de pizzas, hamburguesas, cerveza y vino, sobre todo, que es lo más demandado durante estos días.
En el caso de la cerveza, se llegan a consumir en un día los mismos barriles de cerveza que en una semana normal. Aunque en general, todo se multiplica por cuatro.
El bar El Duende, también en la avenida de Arcos, no ha hecho apenas acopio. La razón, según su encargado Sergio Guadaña, es que «el año pasado pedimos mucho material que luego nos sobró».
Al encargado del negocio le encantaría que esta vez le cogiera el toro, ya que ello significaría que el mensaje de apertura total de la ciudad al tráfico ha calado en todo el país y otros rincones del mundo. «De momento hemos preferido ir con pies de plomo», matizó.
Preparativos
Vanesa del Ojo, camarera del bar-heladería Raquel III, en la misma avenida, asegura que «se ha empezado ya a traer más comida y bebida, pero lo más fuerte llegará a partir del jueves». En su caso, las ventas se multiplicarán por cuatro, según la experiencia de años anteriores. «Esto se llena desde el desayuno y el resto del día va aumentando, así que hay que estar preparados».
Un exceso de euforia no compartido por los hosteleros del casco urbano, cuyo optimismo se estrelló el año pasado con la realidad: aunque parte de la ciudad ya se abría al tráfico, muchos moteros no lo sabían y se habían quedado con el regusto amargo de anteriores ediciones.
En La Moderna, por ejemplo, están preparados para tirar numerosos barriles de cerveza, pero tampoco han aumentado las existencias respecto a un fin de semana normal. De hecho, el negocio en general es muy concurrido y, además, suele llenarse con el buen tiempo. En el caso de El Poema, en plaza Rivero, tampoco quieren llevarse sorpresas y tener que deshacerse luego de gran parte del pedido.
Así ocurre en la mayor parte de los bares del centro. Sin duda, esta edición va a ser determinante para comprobar hasta qué punto el cambio en la estrategia de la Motorada va a beneficiar a los negocios, muy perjudicados por la crisis.