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Sara Baras se suelta la trenza
Personalidades de la cultura y la política felicitaron a la isleña, que cumplía años, tras la última representación de 'Esencia' Multitudinaria y calurosa despedida de la bailaora en el Gran Teatro Falla
CÁDIZ. Actualizado: GuardarHay una Sarita pizpireta, de pelo suelto y vaqueros, y una Sara Baras, enérgica, seria y profesional hasta la médula, de cabello trenzado. La primera le ha gritado a la otra que se quite la bata, color pasión, de bailar, y que se baje de los escenarios para emprender un nuevo estilo de vida. Que se desate la melena y deje de dar taconazos para poder ser madre. Ambas triunfaron el domingo, en el momento de su separación, en la escasa media hora que se dieron de transición y en el que país entero participó. Estuvieron, presentes o de forma virtual, todos los que han influido en las trayectorias de las dos Saras. Representantes de la política, la cultura y familiares de una niña que lleva encima de un escenario «desde los siete años», - alcanzó a pronunciar antes de echarse a llorar la propia Baras-, y que ha cerrado, temporalmente, el telón.
Se lo bajaron a las 23.30 del domingo, después de dos horas intensísimas de espectáculo, con el que la Sara repeinada ha resumido 11 años en compañía. Esa otra comuna a la que agradeció, besó y felicitó, uno a uno, tras la proyección de un vídeo en el que rostros y voces más conocidas le animaron para su nueva etapa y, sobre todo, le pidieron que no se marchara para siempre. «Todavía no te has ido y ya te echamos de menos», le plantó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Mensajes parecidos le dedicaron Luis del Olmo, el futbolista Raúl, Luz Casal, Luis Tosar, Curro Romero, Alejandro Sanz o la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Y hubo más dedicatorias. Un improvisado 'cumpleaños feliz' que entonó el último ganador del reality 'Gran Hermano', Pepe Herrero, escudero de la presentadora del programa, y de la despedida, Mercedes Milá.
Para ser justos, seguro que a esas alturas, ninguno de los espectadores que abarrotaba el Falla (tampoco la bailaora) dudaban que después del final que interpretaba toda la compañía, arropando y ensalzando aún más si cabe a la isleña, había preparado un emotivo colofón. A Sara se le intuía desde su aparición, en el tercer pase de 'Esencia', cuando salió a bailar unos tangos de 'Carmen' junto a José Serrano, también bailaor y futuro padre. Pero la Baras de cola de caballo, pantolón torero y chalequillo, supo contener la emoción. Los únicos temblores que se vieron fueron los que sus piernas, en un repiqueo perfecto, causaron a las tablas. «Guapa», «¡qué arte tienes!» o «eres única», rompieron en varias ocasiones el silencio de sus solos. Cada reverencia hacia el patio de butacas después de cada remate de faena, se le antojaba como la última.
Cuando tuvo que salir para despedirse, en un arrebato-huracán que parecía estar pidiendo que se encendiera (no las luces, sino el público del teatro), ya estaba preparada para lo que se le avecinaba. Sólo faltaba saber cuándo iba a dejar libre el sentimiento y soltar, sin baile de por medio, la primera lágrima.
La carrera de su sobrino hacia sus brazos, los ramos de flores y el micrófono de Milá, fueron las primeras pruebas. El vídeo, que contempló sentada junto a su pareja en mitad del escenario, vino después. Las concesiones se acabaron cuando hubo de pronunciar el discurso. Se armó de valor tras el amago de llantina y soltó elogios para todos. «Todo lo que soy te lo debo a ti», le confesó a su madre. «Gracias por compartir tu arte y tu vida conmigo», le gritó a Serrano. «Sólo por estar contigo estos diez años, ha merecido la pena haber nacido», le replicó él.
«Os quiero» dijo al frente y «con permiso, os quiero», repitió al darse la vuelta. Ya había prometido volver lo más pronto posible. El telón se precipitó. Y Sara se aflojó la trenza.