El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, a su llegada al Tribunal Supremo, el pasado 15 de abril. :: EFE
ESPAÑA

El PP acusa al Gobierno de «coacción» al Supremo para salvar a Garzón

González Pons tilda de «radicales» las manifestaciones de apoyo al juez y denuncia las presiones para archivar la causa

MADRID. Actualizado: Guardar
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A la tuerca a penas si le quedan ya vueltas que dar. El PP endureció aún más sus críticas al Gobierno por el apoyo que, a su juicio, está ofreciendo a los defensores de Baltasar Garzón en su «campaña» contra el Tribunal Supremo. Los populares acusan ahora al Ejecutivo de «coaccionar» al alto tribunal en un intento de forzar el archivo de las causas contra el juez de la Audiencia Nacional.

Así lo expresó ayer el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, al término de la reunión del comité de dirección de la formación liderada por Mariano Rajoy.

González Pons matizó las declaraciones que realizó el domingo María Dolores de Cospedal -ausente del cónclave debido a la votación en Toledo del Estatuto de Castilla-La Mancha-, en las que advertía de que la postura del Gobierno en el asunto Garzón «ponía en riesgo la democracia». El dirigente popular explicó que cuando «se ataca» a instituciones neutrales como el Supremo, «como lo están haciendo José Luis Rodríguez Zapatero y sus ministros», se le causa «un daño» a la democracia que tarda tiempo en cicatrizar.

«Minorías»

El principal partido de la oposición abona su creencia de que el Gobierno intenta «esconder» la preocupante realidad de la economía española con polémicas forzadas, muy alejadas de los problemas que realmente interesan a los ciudadanos. González Pons, de hecho, culpó al Gobierno de estar más cerca de las «minorías radicales» -en alusión a los organizadores y participantes en las concentraciones en favor de Garzón- que del día a día de los españoles, «a los que tanto cuesta llegar a final de mes».

«En las manifestaciones en apoyo a Garzón se exhibieron banderas y lemas que pretenden un cambio de modelo de estado y creo que eso es una conducta claramente radical», indicó en alusión a las insignias republicanas que portaron los congregados.

Al hilo de esta reflexión, se le interpeló sobre si él consideraba que se debía o no ilegalizar a la Falange, como partido «fascista». El portavoz popular hizo un requiebro y recordó que las ilegalizaciones las deciden los tribunales, aunque seguidamente cogió el toro por los cuernos y declaró: «No me gusta que existan partidos fascistas, pero mi condición de demócrata me obliga a respetar a los de extrema derecha y a los de extrema izquierda».

La postura del PP en relación con las muestras de apoyo a Garzón puede entrar en una aparente contradicción con otras actuaciones similares protagonizadas por los líderes del partido. Dirigentes del PP se manifestaron en 2007 contra la decisión del Supremo de excarcelar al etarra Juan Ignacio de Juana.González Pons se limitó a responder que en aquella ocasión, «y siempre», el PP estará con las víctimas. Y recordó que su formación respeta la búsqueda de los familiares de desaparecidos y entiende que quieran honrar el dolor de las víctimas «de los dos bandos». Para zanjar esta cuestión declaró: «No es un momento de separatistas y tampoco es un momento de separadores».

Otros dirigentes del PP también criticaron las manifestaciones del fin de semana. La presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, introdujo un matiz novedoso. Animó a los jóvenes a «rebelarse» contra aquellos que quieren «trasladar todo el odio y el rencor» que llevan dentro, en referencia a los manifestantes, a la generación actual. El presidente de los populars vascos, Antonio Basagoiti, por su parte, denunció que los actos en favor de Garzón se están «batasunizando».