Grecia acata la exigencia alemana de más recortes
El rendimiento de la deuda helena bate un nuevo récord y contagia a los títulos de España, Portugal e Irlanda El gobierno socialista anuncia nuevos ajustes y la derecha lo acusa de «entregar» el país al FMI
ATENAS. Actualizado: GuardarEl Gobierno griego, que ansía la activación del mecanismo diseñado por el Eurogrupo para salvar a su economía de la quiebra, prometió este lunes nuevas medidas de ahorro para 2011 y 2012, que anunciará cuando concluyan las negociaciones iniciadas con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr la ayuda financiera.
Mientras llegan esas reformas, las obligaciones del estado heleno siguen sufriendo la presión de los mercados y arrastraron a los títulos de España, Portugal e Irlanda. La falta de un consenso entre los líderes europeos tampoco ayudó a mejorar la credibilidad financiera del país balcánico.
El ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou, aseguró que existe «una posición común, y es que Grecia debe reducir drásticamente su déficit en los próximos años, controlar su deuda y hacer ajustes estructurales para hacer la economía más competitiva».
La reducción del déficit público «es una dirección con la que nos comprometemos y que se traduce en medidas y políticas concretas, que serán anunciadas cuando haya terminado el proceso» de negociación con la UE, el FMI y el BCE, añadió el ministro. De momento, Grecia ya se ha fijado como objetivo reducir este año su déficit al 8,7% del PIB. La tarea es colosal, puesto que en 2009 fue del 13,6%.
Grecia solicitó el viernes activar el mecanismo de ayuda del FMI y la UE, que en 2010 ascendería a 45.000 millones, de los que 30.000 millones serían aportados por los países del euro a un tipo de interés del 5%. Los 15.000 millones restantes saldrían de las arcas del FMI.
El gobierno heleno, que el próximo 19 de mayo deberá hacer frente a un vencimiento de deuda por importe de 9.000 millones, negocia ahora medidas suplementarias de ahorro para 2011 y 2012, condición exigida por Alemania para que su demanda sea satisfecha. El ejecutivo germano, obligado en casa a lidiar con una opinión pública hostil al rescate, exige a Atenas un plan de ajuste presupuestario antes de poner el dinero sobre la mesa.
Otro elemento de presión es la continua subida del rendimiento de los bonos griegos a 10 años, que ayer batieron un nuevo récord histórico al alcanzar el 9,385% (frente al 8,680% del viernes por la noche). Los bonos a dos años se dispararon por encima de 12,85%.
Contagio
Ese incremento contagió y arrastró al alza a la deuda de otros países del euro. Las obligaciones españolas a diez años se negociaban al 4,03% (frente al 3,89% al cierre del viernes), 100 puntos básicos de diferencia respecto de su equivalente alemán, rozando el récord registrado en febrero motivado también por la crisis griega. Los títulos de Portugal llegaron al 5,141% (frente al 4,958% del viernes) y los de Irlanda al 4,872% (frente al 4,777%).
En medio de una crisis sin precedentes para el euro, varios líderes europeos intentaron transmitir una imagen de consenso poco después de que Alemania e Italia airearan sus distintas visiones. El ministro germano de Exteriores, Guido Westerwelle, rechazó ayudar a Atenas sin contar con un programa «creíble» de ahorro. Una postura que su par italiano, Franco Frattini, criticó por «rígida» y por suscitar «preocupación» en Roma.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendieron «una acción rápida y resuelta contra la especulación que apunta a Grecia, para asegurar la estabilidad de la zona euro».
Mientras, el país heleno vivió otra jornada de protestas por las medidas de rigor presupuestario. Los pilotos de la fuerza aérea se negaron a efectuar misiones que no fueran de emergencia para protestar por las reducciones salariales. Los barcos de pabellón griego estuvieron bloqueados en el principal puerto el país, el Pireo, en una huelga contra la decisión gubernamental de abrir el sector a la competencia extranjera. La oposición de derechas tampoco dejó pasar la ocasión. Su líder, Antonis Samaras, acusó al gobierno de «entregar» el país al FMI.