Renovación de la Iglesia
Actualizado: GuardarEl paso del tiempo nos va deteriorando y alejando del sentir del Evangelio de Jesús que constantemente nos invita a 'nacer de nuevo', a romper con todo lo que hay de viejo y de negativo en nuestras vidas. Se trata que miremos el mal del mundo y lo que pueda haber de maldad en nuestra Iglesia con ojos nuevos, con una mirada nueva que nos lleve a emprender caminos de renovación y de cambio personal y comunitario. Como escribía el pensador Marcel Proust: «El verdadero descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en poseer nuevos ojos». Se nos llama a reconocer con humildad nuestros fallos y errores, y a emprender las reformas necesarias para hacer una Iglesia más evangélica y más creíble para los hombres y las mujeres de hoy. En este sentido he disfrutado leyendo la carta abierta que el teólogo Hans Küng, -un hombre de ojos nuevos, de ojos críticos y evangélicos-, ha escrito a los obispos católicos de todo el mundo. En ella hace un detallado análisis de los cinco años del pontificado del Papa Benito XVI, amigo y antiguo colega suyo en la Universidad de Tubinga. Sintetiza estos cinco años con estas palabras: «En lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez como el de las oportunidades desperdiciadas». En la segunda parte de su escrito, el catedrático emérito de Teología Ecuménica de la Universidad de Tubinga (Alemania) y presidente de Global Ethic, hace seis recomendaciones a los obispos a mi parecer muy acertadas. Las enumero: 1.- No callar. Que el silencio no os haga cómplices. 2.- Acometer reformas en la Iglesia y en el episcopado, escuchando las quejas del pueblo. 3.- Actuar colegiadamente. 4.- La obediencia ilimitada sólo se debe a Dios y no a ninguna autoridad humana o eclesial. Los cambios hay que prepararlos desde abajo. 5.- Aspirar a soluciones regionales para conseguir de forma inteligente soluciones regionales. 6.- Exigir un concilio o al menos un sínodo que no sea manipulado por la Curia romana. Y termina con estas palabras «Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra Iglesia una perspectiva».