Fotografía de los mandatarios que asistieron ayer a la reunión plenaria del Banco Mundial en Washington. :: AFP
Economia

El Banco Mundial favorecerá a los países en desarrollo

El Fondo Monetario Internacional está convencido de que la negociación con Grecia se cerrará «a tiempo»

WASHINGTON. Actualizado: Guardar
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Los 186 miembros del Banco Mundial (BM) han acordado redistribuir las cuotas de poder interno a favor de los países emergentes y en desarrollo, según anunció ayer el secretario del Tesoro de Estados Unidos (EE UU), Timothy Geithner. El BM, uno de los organismos especializados de las Naciones Unidas, fue creado en 1944 y su misión es reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés y apoyos económicos a las naciones en desarrollo.

«La nueva fórmula reflejará mejor el peso de los países en transición, al mismo tiempo que protege la voz de los Estados más pobres y pequeños», insistió Geither. A su juicio, el acuerdo supone «un gran paso adelante para mejorar la estructura de gestión del Banco». Explicó que EE UU está dispuesto a no asumir todo el accionariado que le correspondería. En los últimos meses, el BM ha perseguido planteamientos para una nueva inyección de 3.500 millones de dólares. Y esta ampliación de capital y las nuevas reglas internas fueron acordadas en el seno del grupo de países ricos y emergentes, conocido bajo las siglas de G-20. «Hemos dado nuestro consentimiento esta semana para pedir al Congreso la parte de financiación que nos corresponde», añadió el secretario del Tesoro.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, también desde su sede en Washington, se refirió a un tema de actualidad. Su director gerente, Dominique Strauss-Kahn, se mostró convencido de que el acuerdo para salvar a Grecia (país aplastado por una deuda de 300.000 millones de euros) «llegará a tiempo» tras entrevistarse con el ministro de Finanzas del país helénico, Yorgos Papaconstantinuou, que se trasladó a la capital de EE UU.

«Desde que recibimos la petición de apoyo financiero el pasado viernes, nuestras discusiones sobre las autorizaciones se han acelerado. El FMI, los socios europeos y todos los que están involucrados en el esfuerzo financiero reconocen la necesidad de velocidad», apuntó Strauss-Kahn. «Todos somos conscientes -continuó- de la seriedad de la situación y de los valientes esfuerzos del pueblo griego», concluyó.

«España no es Grecia»

Los acuerdos y debates tanto del BM como del FMI o de los ministros del G-20 tuvieron lugar en el seno de las asambleas de primavera, donde la vicepresidenta segunda de España y ministra de Economía, Elena Salgado, dejó muy claro que «España no es Grecia», ante los temores de que se produzca un efecto contagio en Europa. Las reuniones comenzaron el pasado jueves y han terminado ayer.

Mientras tanto, las declaraciones de los miembros de la Unión Europea sobre la ayuda de 45.000 millones para Grecia (30.000 a costa de la comunidad y 15.000, del FMI) se suceden. Así, Alemania y Francia anunciaron que se paralizará la ayuda si Grecia entra en suspensión de pagos y exigen nuevas y permanentes medidas de austeridad.

El ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, comentó en Berlín que «el hecho de que ni la UE ni el Gobierno (alemán) hayan tomado una decisión hasta el momento significa que ésta podrá ser positiva o negativa». La respuesta «depende exclusivamente de saber si Grecia mantendrá en los próximos años su estricta política de rigor», subrayó, al mismo tiempo que remarcó que este requisito será una garantía para la devolución de los créditos. «Necesitamos tiempo para examinar el pedido» y matizó que Alemania sólo se pronunciará una vez que el Consejo Europeo haya procedido a la aprobación del plan de ayuda.

La titular de Economía de Francia, Christine Lagarde, se expresó desde París en términos similares. Resaltó que los países de la zona euro deben ser solidarios, pero no complacientes con Grecia, en alusión a que ésta «no cumplió con sus compromisos» con los Estados de la moneda única, al presentar «datos erróneos» y adoptar «políticas económicas inadaptadas». «Precisaremos mecanismos de control para estar seguros de que no es un barril sin fondo y ésa será la misión de la Comisión Europea y del FMI», destacó.